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Tres mundiales sin pasar de octavos: España no levanta cabeza desde que ganó en Suráfrica

Sigue sin volver a estar entre las ocho mejores selecciones de un Mundial desde su histórico triunfo en Sudáfrica en 2010.

CANAL SUR MEDIA 7 diciembre 2022

La selección española de fútbol no ha pasado de octavos desde su victoria en el Mundial de Suráfrica de 2010. El combinado español volvió a despedirse de una cita mundialista en el primer cruce como ya hiciera en la anterior Copa del Mundo celebrada en Rusia en 2018, cuando cayó derrotada ante la anfitriona, también en la tanda de penaltis y después de empatar a un gol.

De este modo, España sigue sin volver a estar entre las ocho mejores de un Mundial desde su histórico triunfo en Sudáfrica en 2010, y se estrelló por cuarta vez en su historia en los octavos de final. Además, de la cita de Rusia, España tampoco superó el primer cruce a cara o cruz mundialista en Italia'90, cuando cayó por 2-1 tras una prórroga ante Yugoslavia y tampoco en Alemania 2006, víctima de Francia por 3-1.

Tras esta eliminación, la estadística en los partidos eliminatorios de Luis Enrique Martínez es de dos victorias, ante Croacia en octavos de la Eurocopa 2020 y ante Italia en las semifinales de la 'F4' de la Liga de Naciones 2021, tres empates (el de este martes ante Marruecos y ante Suiza e Italia en cuartos y semifinales de la EURO), y una derrota (ante Francia en la final de la Liga de Naciones 2021).

La selección española se despidió este martes del Mundial de Catar en los octavos de final en un cruel desenlace tras una fatídica tanda de penaltis en la que España falló tres lanzamientos, tras un igualado duelo ante Marruecos en el que 'La Roja' dominó la posesión, mientras que los africanos llevaron a cabo su plan para celebrar sus primeros cuartos de final en una Copa del Mundo.

Los de Luis Enrique fueron dueños del balón en la primera mitad, aunque sin hacer daño a una Marruecos muy bien plantada y superior físicamente y en intensidad. Ambas selecciones pudieron adelantarse, con una España mejorada ya con Morata en el campo -fue suplente- pero el encuentro necesitó de una prórroga, con los africanos algo más entonados, y de los penaltis.

En la tanda, Pablo Sarabia, Carlos Soler y Sergio Busquets erraron sus lanzamientos, en una buena actuación del héroe de la noche Yassine Bono, mientras que los marroquíes solo fallaron uno, en las botas de Benoun. Como ya ocurriera en Rusia 2018, España dice adiós en la primera eliminatoria del Mundial y no logra el ansiado billete a cuartos.

La fortuna que en Rusia 2018 dio la espalda en la misma situación, una tanda de penaltis de octavos de final, reapareció para castigar a una España que mascó la impotencia de un dominio improductivo, la frustración de su falta de pegada ante una Marruecos combativa, que a base de coraje llevó el duelo al factor fortuna que, nuevamente, dio la espalda a Luis Enrique.

Los males de la selección española reaparecieron para volver a caer en los octavos de final de un Mundial. Más de doce años sin estar entre las ocho mejores del mundo. Con un sello inconfundible que será legado de Luis Enrique si decide no seguir en el cargo pero también debilidades para no salir airosa en la superioridad.

La posesión improductiva, apenas tres remates en 120 minutos, la falta de pegada, la ausencia de un líder que se eche el equipo a sus espaldas. La incapacidad de vencer un duelo directo en 90 minutos de una eliminatoria desde su última Eurocopa conquistada en 2012. Luis Enrique no encontró la fórmula para volver a reinar.

En el Mundial pasó del asombro al colapso. De deslumbrar ante Costa Rica a sembrar la duda por unos minutos de desconexión ante Japón que debía despejar en unos octavos de final que no supera desde Sudáfrica. Una barrera insalvable que, para dejarla atrás, estaba obligada a igualar la intensidad del rival. Marruecos, la ilusión de un país, la liberación del que compite sin presión tras haber ya cumplido como revelación del torneo. Presentó un choque durísimo, parapetada en su terreno. Siempre al límite.

En ese sello inconfundible de España, protagonista siempre desde el balón, encontró en el camino numerosos partidos similares. Rival encerrado que defiende con máxima intensidad, respaldado en su potencia física para castigar cualquier imprecisión. Instalada en campo contrario gana importancia la presencia de Rodri como central, convertido en un centrocampista más. Para aumentar la calidad de la posesión, sorprendió Luis Enrique con el estreno de Marcos Llorente. De no contar a hacerlo de titular. Por delante de un Azpilicueta tocado y un Carvajal en un momento bajo.

No es habitual la renuncia a la inspiración goleadora de un jugador en racha. Lo hizo de inicio con Álvaro Morata, suplente tras marcar en cada partido del torneo. La idea era buscar movilidad ofensiva para encontrar espacios que tardaron en aparecer. España necesitaba máxima precisión en el pase, transiciones con rupturas de Pedri y desmarques en las bandas. Comprobó la dureza desde el inicio, con la patada de Ziyech a Jordi Alba, y le costó generar peligro ante un 4-1-4-1 sin fisuras.

Los riesgos que suele tomar Unai Simón para poner el corazón en un puño a todo un país, los asumió en esta ocasión Bono. Marruecos era el ejemplo de orgullo de todo un pueblo por su entrega. España se armaba de paciencia esperando el desgaste del rival. En plena tensión aparecía la pelea contra todos de Gavi, una acción de calidad aislada de Pedri. Una falta de Hakimi como primer acercamiento y el desequilibrio generado por Boufal.

Marruecos no atendió a la debilidad mostrada por España cuando Alemania le buscó arriba o Japón le hizo daño desde la necesidad. Se sintió fuerte entregando el balón, sin rifarlo en salida cuando lo tuvo, sin sufrimientos ni concesiones. Solamente un desmarque de ruptura de Marco Asensio al pase en profundidad de Jordi Alba y el disparo de zurda al lateral de la red a los 26 minutos. Apenas Ferran la pedía al espacio para lanzar centros sin rematador. Ni un disparo a puerta.

ASÍ JUGÓ ESPAÑA:

UNAI SIMON (6): En el foco por el riesgo de su salida de balón, desde la derrota 2-1 contra Japón, aún creó algo de inquietud en determinadas acciones en esa destreza. Con las manos, en cambio, demostró seguridad. Fue firme por alto. También cuando Mazraoui le exigió una intervención en un tiro lejano. Salvó la derrota en la prórroga, en un duelo individual uno para uno que ganó a Cheddira.

MARCOS LLORENTE (6): Sin minutos en toda la primera fase, fue la novedad del once de Luis Enrique, de principio a fin igual que al del 7-0 a Costa Rica, salvo en su posición, entre el golpe que sufre Azpilicueta y la suplencia de Dani Carvajal. De nuevo transformado en lateral derecho, sufrió al principio en defensa, frente al desbordante Boufal. Y no fue una solución en ataque. Creció con el paso de los minutos. De menos a más. No es su puesto.

RODRI (7): Su consolidación como central ya es evidente. Todos los partidos del Mundial los ha jugado ahí. Se adapta a la perfección a ese puesto en un plan de juego como el de Luis Enrique. Maneja todos los mecanismos. Su dominio de los espacios lo facilita todo. Solvente.

LAPORTE (7): Con descanso ante Japón, volvió al once. Bien en las coberturas a sus lados, bien por alto, bien cuando rebuscó el pase a la espalda de la defensa contraria. Recibió tarjeta amarilla en el minuto 76. Frustró la mejor oportunidad de Marruecos, ya en la prórroga, a toda velocidad.

JORDI ALBA (6): "El mejor lateral del mundo en el último tercio del campo", según Luis Enrique, retomó la titularidad. Zarandeado por Ziyech en la primera pugna, lo controló casi todo el encuentro hasta que sintió el cansancio, el tremendo esfuerzo. No se prodigó hacia arriba como suele, con el consiguiente déficit ofensivo español. Terminó exhausto, cambiado por Abde en el minuto 97, ya en la prórroga.

PEDRI (6): Apagado contra Alemania y Japón, tampoco disfrutó con su mejor fútbol contra Marruecos. Aprisionado por su adversario al principio, recibió demasiado lejos de donde más hace daño. Su esfuerzo fue encomiable una vez más. No fue tan definitivo como suele serlo, aunque, cuando entró en contacto con el balón, tiene una visión incontestable.

SERGIO BUSQUETS (6): En el día que se convirtió en uno de los tres jugadores con más partidos en un Mundial con la selección española, con 17, a la altura de Sergio Ramos e Iker Casillas, manejó el medio campo, controló los contragolpes rivales por su zona y se impuso en esa demarcación. Falló su penalti.

GAVI (5): Frustrado ante Alemania, por la intensa presión, y de más a menos contra Japón, Gavi es un futbolista esencial en el esquema de España. Competitivo, peleón, no dio un balón por perdido. Pero no disfrutó del balón, donde es definitivo. En un panorama tan compacto de su adversario, le faltaron huecos para jugar y para recibir en la zona donde hace más daño. Un tiro suyo fue la mejor ocasion, pero la repelió Bono al larguero. Fue cambiado en el minuto 63 por Carlos Soler.

FERRAN TORRES (5): En una situación compleja, por la forma de defender de su rival, tan replegado, el extremo apenas desbordó una vez por la banda derecha. No era nada sencillo. También falló una ocasión clarísima en el primer tiempo, aunque el árbitro rebajó su error con la señalización de su fuera de juego. En el minuto 75 fue reemplazado por Nico Williams.

MARCO ASENSIO (6): Otra vez, por tercera vez en cuatro partidos en este Mundial, fue el elegido para el ataque en lugar de Morata. Ni los tres tantos del ariete alteran su titularidad. Siempre en actividad, con ofrecimiento de desmarques, vivió entre las líneas contrarias. Su mejor remate -el único- lo estrelló al lateral de la red. En el minuto 63 dejó su sitio a Morata.

DANI OLMO (6): Lo necesita España, por su desborde, por su determinación y por todos los recursos ofensivos que ofrece al juego de su equipo. Tampoco logró la profundidad ni la generación de jugadas de ataque de otros partidos. Marruecos lo controló bien, pero provocó faltas y opciones para su selección cuando su oponente notó el cansancio. Una falta al área sin rematador a punto estuvo de ser gol en el tiempo reglamentario. Fue sustituido en el minuto 7 del primer tiempo de la prórroga por Ansu Fati.

MORATA (6): Después de un gol en cada uno de los tres partidos hasta ahora de su primer Mundial, tampoco partió desde el once. En el minuto 63. Luis Enrique recurrió al delantero, a su '9', que se desmarcó como siempre. Sólo dispuso de una ocasión, con un tiro sin angulo que no remató nadie en el minuto 81. Después, ya en los instantes finales, malgastó un contragolpe.

CARLOS SOLER (5): En el minuto 63 entró por Gavi para formar en el centro del campo con la misión de conectar con los atacantes. Falló su penalti.

NICO WILLIAMS (7): Su entrada fue desborde para España. En el minuto 75, por Ferran Torres, surgió en el partido. A la primera se marchó de Mazraoui, a la segunda conectó con Morata. Después, rebajó su presencia, aunque aún provocó otra ocasión final. Fue cambiado en el 118 para los penaltis.

ANSU FATI (5): Suplió a Dani Olmo en el minuto 97, ya en la prórroga. Abrió el cmapo por la banda izquierda. Impreciso.

BALDE (5): En el minuto 97, entró al lateral izquierdo por el cansado Jordi Alba.

SARABIA (5): Entró en el 118 para los penaltis, pero aún tuvo la ocasión del triunfo. Su remate, sin ángulo, salió fuera. Falló su pena máxima, la primera de la tanda. Al poste.

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