El partido de Inglaterra contra Alemania también se jugó en Wembley y, como el de la semifinal contra Dinamarca, pasó a la historia por un polémico gol.
Es una de las imágenes icónica de la historia del fútbol: el capitán de Inglaterra Bobby Moore con el único trofeo conseguido por los ingleses en su más que centenaria historia. El partido también se jugó en Wembley y, como el de la semifinal contra Dinamarca, pasó a la historia por un polémico gol.
Aquel verano remoto los Beatles le pusieron banda musical a nuestras vidas con su álbum "Revolver". Se cumplen este mes 55 años del Mundial de Inglaterra. Escenario, el viejo Wembley. Protagonistas, Alemania e Inglaterra. La Inglaterra de Bobby Moore, Gordon Banks y Bobby Charlton. Pero hubo un protagonista inesperado: Tófik Bajrámov, árbitro bielorruso que en la final actuó de juez de línea. Solo él vio dentro el disparo de Geoff Hurst en la prórroga. Inglaterra levantó ese día su único título, y Bakramov escribió su nombre para siempre en el lado sospechoso de la historia del fútbol. Un relato en el que lo acompaña desde anoche el árbitro holandés Danny Makkelie. Brakramov, fallecido en 1993, es hoy un personaje en su país. Un estadio lleva su nombre. Una estatua lo recuerda.
El piscinazo de Sterling certifica la muerte del fair play inglés. Eso, antes no pasaba. Nayim, primer español que jugó en la premier, en el Tottenham, recordaba así a nuestros compañeros de la revista Panenka, la vergüenza que pasó la primera vez que se tiró. Las cosas, en Inglaterra, también han cambiado. Aunque hoy nos sigan gustando igual aquellas viejas canciones de los Beatles.