Del bipartidismo hemos pasado al 'bibloqueismo'

Somos tan previsibles que ya hasta las encuestas aciertan y el refranero cumple: ir por lana y salir trasquilados. Se veía venir, dirán hoy muchos: "Después de todo, todo ha sido nada". El caso es que del bipartidismo hemos pasado al 'bibloqueismo', aunque Pedro Sánchez concluyera la noche diciendo: "Ahora sí que sí".

La primera vez que González perdió la mayoría absoluta, hace 26 años, dijo aquello de "he entendido el mensaje". Luego se vería que no había entendido nada. Pero en este momento, Sánchez no ha entendido ni a los que le votaron en abril ni a los que le rechazan ahora. No debe ser un plato de gusto el que le han puesto por delante, pero es el mismísimo que él ha cocinado en su anterior legislatura. Es un plato muy fuerte porque no se trata sólo de una recesión económica, sino de un profunda depresión política y en un momento en que hay que pedir al electorado los mayores sacrificios, cuando ya no tienen ni cinturón que apretarse.

Y todo eso a 51 escaños de la mayoría absoluta, VOX dispuesto a rentabilizar sus 52 diputados (en esto sí que estamos con la media europea) y con los nacionalistas bien crecidos y prestos a tirar del pico de la manta. A pesar de todo, la democracia no es solo haber votado. La sociedad ya no puede abdicar en los elegidos: tiene que estar presente en sus actuaciones, fiscalizarlas y aprobarlas o rechazarlas. No vale desentenderse. Si no, volverán a suceder los mismos males, incluidas otras elecciones en primavera.
¿Quién nos lo iba a decir? Si más nada será después de todo. Después de tanto todo, para nada.