Casi la mitad de la dieta de los niños en España procede de alimentos ultraprocesados
El consumo de estos productos está desplazando al de fruta y verduras, que ayudan a prevenir el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
Casi la mitad de la dieta de los niños españoles de entre 3 y 6 años procede de productos ultraprocesados. Así lo demuestra un estudio de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Se trata de una dieta rica en grasas, azúcares y sal, muy alejada de la recomendada dieta mediterránea.
El 90 por ciento de la población española no sigue la recomendación de comer 5 piezas de fruta o verdura al día. Esa carencia, unida al aumento del consumo de productos ultraprocesados en los niños, tiene ya consecuencias en su salud y las seguirá teniendo en el futuro.
Son productos que han ido ganando terreno a otros más saludables, sobre todo, en desayunos y meriendas.
Según Reyes Murube, nutricionista pediátrica del Instituto Hispalense de Pediatría, los alimentos ultraprocesados son perjudiciales entre otras cosas porque tienen más grasas y más azúcares. Eso se traduce en un exceso de peso y en patologías hasta ahora poco usuales en niños, como la hipertensión o el colesterol alto.
Si no se pone remedio, un niño obeso será también un adulto obeso, advierte la experta.
El consumo de estos productos está desplazando al de fruta y verduras, que ayudan a prevenir el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
El estudio ha sido liderado por un equipo investigador de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el Centro de Investigación Biomédica en Red Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
La investigación, publicada en 'JAMA' y recogida por la revista 'Consumer', analizó el impacto en la salud de una dieta rica en ultraprocesados en 1.500 niños entre los tres y los seis años de Reus, Córdoba, Santiago de Compostela, Navarra, Valencia, Barcelona y Zaragoza, que forman parte del estudio multricéntrico CORALS. Esta encontró que de cada 100 gramos de alimento consumidos por los niños, unos 47 gramos eran ultraprocesados.
Sobre los efectos del consumo de ultraprocesados en la primera infancia, la profesora investigadora de la URV y coautora del estudio citado, Nancy Babio, ha comentado una alteración en los parámetros cardiometabólicos. Los niños que consumían más ultraprocesados tenían unas puntuaciones más altas en el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, el índice de masa de grasa y los niveles de azúcar en sangre, así como niveles más bajos de colesterol HDL en sangre.
