La banda usaba habitualmente mazas de gran tamaño para destrozar las puertas.
Los comerciantes habían denunciado una oleada de asaltos.
La Guardia Civil ha logrado desarticular en Castellón a una peligrosa banda criminal especializada en robos violentos a comercios, tras meses de investigación en el marco de la denominada Operación PIPA. Los cuatro detenidos, considerados extremadamente violentos, actuaban de madrugada y empleaban métodos espectaculares y contundentes para acceder a los establecimientos.
Según fuentes de la investigación, la banda usaba habitualmente mazas de gran tamaño para destrozar las puertas de los comercios hasta conseguir reventarlas. En otras ocasiones, recurrían al conocido “método del alunizaje”, empotrando vehículos de alta gama contra las fachadas de los locales para abrirse paso en cuestión de segundos.
Una vez dentro, realizaban robos relámpago, apropiándose de dinero, productos electrónicos, joyas y todo tipo de objetos de valor antes de emprender la huida. Para evitar ser identificados, los miembros de la banda utilizaban extintores para borrar huellas y rastros en el lugar de los hechos. Sin embargo, sus sofisticadas técnicas de ocultación han terminado fallando ante la presión policial y el trabajo coordinado de los agentes.
La organización criminal operaba en al menos ocho provincias españolas, entre ellas Málaga, donde los comerciantes habían denunciado una oleada de asaltos con un modus operandi muy similar. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas, mientras la Guardia Civil analiza el alcance de los robos y la posible implicación de más personas.
Con la detención de estos cuatro miembros, las fuerzas de seguridad asestan un duro golpe a una banda que había sembrado la alarma en el sector comercial de varias provincias. Los detenidos ya han pasado a disposición judicial y se les imputan delitos de robo con fuerza, pertenencia a organización criminal y daños materiales.