Vivimos el feliz reencuentro de la joven ucraniana Oksana Martinenko y su padre de acogida, José Manuel Castillo, que ha viajado desde Sevilla para alejarla de la guerra.
En la frontera se viven también momentos de esperanza. Historias de reencuentros como los de José Manuel, el padre de acogida de la joven ucraniana que ha huido de la guerra. Ya ha llegado a Polonia y ha podido encontrarse con ella tras recorrer 6.000 kilómetros. Pronto emprenderán rumbo a Sevilla.
Este es el momento del encuentro feliz entre Oksana Martinenko y José Manuel Castillo en la ciudad de Medyka, en Polonia, en donde esta joven ucraniana de veinte años ha estado acogida por una familia polaca tras huir de su país. Ahora se preparan para viajar hasta Sevilla. Pero no lo hace sola: le acompañan su madre y sus tres hermanos. Tienen pensado residir en la capital andaluza.
Todo está siendo posible gracias al empeño de su padre de acogida: se ha trasladado con su sobrino hasta Medyka, y ayudado por su familia y por un grupo de amigos quieren hacer posible una nueva vida, en Sevilla, a Oksana (estudiante de Filología Hispánica en Kiev) y a su familia.
Afectada por el desastre de Chernóbil, Oksana llegó a Sevilla con 12 años y permaneció -en distintas etapas- en la ciudad hasta los 17. Se integró perfectamente y los lazos afectivos que creó con su familia de acogida son, como demuestra esta historia, inquebrantables.