Una finca de esta localidad reúne ejemplares históricos. El más antiguo se fabricó en 1814, que perteneció al último rey de Francia, Luis Felipe de Orleans.
Utrera se ha convertido en un foco para los amantes de los carruajes. Una finca de esta localidad reúne ejemplares históricos, donde además los restauran. El más antiguo se fabricó en 1814.
En un complejo rural, a 16 kilómetros del casco urbano de Utrera, encontramos estos vistosos carruajes, entre los que sobresale uno de 1814, que perteneció al último rey de Francia, Luis Felipe de Orleans, y que acabó en manos del actual propietario de estas instalaciones, Miguel Gallego, como nos cuenta José Luis Díaz Cortina, gerente de la Hacienda Oráan.
Dos años ha costado la restauración del que fue bautizado como La Corona número Uno. Ha viajado desde Francia a España y antes de recalar en Utrera estuvo en el Museo de Carruajes y en el Apeadero del Real Alcázar de Sevilla. Los duques de Montpensieer lo habían donado antes a la Archicofradía Sacramental de Pasión de Sevilla.
El turno le toca ahora a un modesto vehículo fúnebre del siglo XIX, que será reconstruido, como los demás, en la Hacienda Oraán, su último hogar.