El sector recupera la actividad, después del parón de la pandemia.
Los turistas, tanto nacionales como extranjeros, son los clientes que más demandan estos productos.
La Semana Santa es el momento del año de mayor actividad para la venta de artículos religiosos.
Este año, superadas las limitaciones impuestas por la pandemia, la mayor afluencia de turistas ha disparado las ventas hasta en un 30 por ciento respecto al año pasado, según las primeras estimaciones del sector.
Los turistas, tanto nacionales como extranjeros, son los clientes que más demandan estos productos. Por ello las tiendas adaptan en estos días sus expositores para que no falten los artículos de recuerdo, que son los que tienen más aceptación en este sector de la clientela.
También han regresado con fuerza los encargos de las iglesias, debido a la mayor afluencia de fieles a los templos.