Las causas hay que buscarlas, según la Organización de Productores Pesqueros Artesanales de la Lonja de Conil, en el alga asiática, las alteraciones climáticas y la voracidad del atún rojo que consume en el caladero local
El diagnóstico elaborado por la Organización de Productores Pesqueros Artesanales de la Lonja de Conil es demoledor: de más de 700 toneladas de capturas se ha pasado a poco más de 350.
Este descenso amenaza la forma de vida de unas doscientas familias. Las causas hay que buscarlas, según la organización, en el alga asiática, las alteraciones climáticas y la voracidad del atún rojo que consume en el caladero local.
El impacto socioeconómico es enorme: costes fijos como cotizaciones, pólizas, aparejos y combustible se disparan, mientras los ingresos se hunden.
Ante esta situación, exigen medidas urgentes: programas de gestión del alga con voz del sector pesquero, políticas contra el cambio climático adaptadas a la artesanía, regulación específica del atún rojo y apoyos financieros directos para salvar la flota.