De momento, se han suspendido las fiestas, previstas para el 12 de julio.
El malestar con el cura empezó desde su misma llegada al pueblo, hace cuatro años.
El pueblo de Trevélez, en la Alpujarra granadina, está en pie de guerra contra su párroco. El motivo es la decisión del cura de prohibir este año la tradicional procesión de san Benito, prevista para el próximo 12 de julio.
No es el primer desacuerdo entre el sacerdote y los 700 vecinos de la localidad, pero sí el que ha colmado el vaso. Después de 35 años, la imagen de san Benito podría no procesionar por las calles del pueblo.
Han pedido ayuda a la Vicaría y tienen el apoyo del ayuntamiento, como explican una de las vecinas descontentas, Pepa Gallegos y el alcalde, Adrián Gallegos.
De momento, se han suspendido las fiestas. El malestar con el párroco empezó desde su misma llegada al pueblo, hace cuatro años.
El cura ha eliminado esta semana su perfil en redes sociales y mantiene silencio, al igual que el Arzobispado de Granada.