La tradición de la localidad cordobesa, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ha regresado a las calles con los tradicionales misereres
La Cuaresma ha devuelto a Baena el sonido de sus tambores tras dos años sin poder tocarlos. Desde el miércoles de Ceniza se celebran misereres, como el de este viernes de la cofradía de la Veracruz. Desfiles con un impacto visual y sonoro inigualable, destacando la indumentaria de los judíos: coliblancos y colinegros dependiendo del color de la crin de sus cascos que además decoran con llamativas plumas.
De las 7 cofradías de Baena, 3 son blancas y 4 negras, manteniendo una sana rivalidad heredada de generación en generación. Una singularidad más para una fiesta declarada de interés turístico nacional, que aspira a que sea internacional y cuyos tambores, los que tocan los judíos, son desde 2018 Patrimonio inmaterial de la Humanidad.
Virtudes y profetas, centuriones, judíos y nazareno, todo un fervor, el de los vecinos de Baena que cada año, no es de extrañar, reciben miles de visitantes para disfrutar de una Semana Santa única.