El abandono multiplica las colonias de gatos en verano
La esterilización es clave para controlar la población
Voluntarios y asociaciones se ocupan de alimentar y castrar a los gatos callejeros
Solo algunos ayuntamientos financian la identificación y esterilización, como Córdoba, Chiclana o Castilleja de Guzmán
El esfuerzo de control recae en personas voluntarias y donaciones
Con la llegada del verano, las colonias callejeras de gatos aumentan de forma alarmante, fruto del abandono de mascotas en esta época del año. Si no se toman medidas, una colonia de seis gatos puede convertirse en apenas unos meses en más de cien ejemplares, complicando aún más su control y la convivencia urbana.
El trabajo de voluntarios y asociaciones es fundamental: se encargan de alimentar, dar agua y esterilizar a los felinos, muchas veces de su propio bolsillo o con la ayuda de donaciones. Figuras como Luis o Ana acuden cada día a cuidar de colonias donde los gatos, como Ingrid, Tigretón o Atlas, reconocen ya su voz.
La herramienta clave para el control es la jaula trampa, que permite capturar a los gatos callejeros y llevarlos al veterinario para su castración. Sin embargo, son aún pocos los ayuntamientos que cumplen con la ley de bienestar animal y financian la identificación y esterilización, aunque hay excepciones como Córdoba, Chiclana (Cádiz) o Castilleja de Guzmán (Sevilla).
Las asociaciones insisten en que la única forma eficaz de controlar la población felina es mediante programas de esterilización, educación y apoyo institucional, y piden a más municipios que se impliquen activamente en la protección y el control ético de los animales callejeros.