De sus más de 800.000 metros cúbicos, apenas supera los 100.000. Este embalse, clave para los regadíos, ha bajado casi dos puntos en una semana aunque se surte de agua bombeada del Guadalquivir.
El pantano cordobés de la Breña es ejemplo de los efectos de la sequía, agravados con el verano. Este embalse, clave para los regadíos, ha bajado casi dos puntos en una semana aunque se surte de agua bombeada del Guadalquivir.
De sus más de 800.000 metros cúbicos, apenas supera los 100.000. Tiene bombas de llenado río abajo lo que garantiza cierta estabilidad.
Da agua a regadíos cordobeses y sevillanos y es también un recurso turístico, con la única playa de interior con bandera azul de Andalucía. A pesar de todo, sigue abierta con buenas condiciones sanitarias. El uso turístico queda garantizado aunque la falta de lluvias en verano agravará la situación en otoño.