Con solo 28 años debutó en Cannes con Los Golfos, un duro retrato de la periferia madrileña
El pasado viernes estrenó su última película, "Las paredes hablan" y hace menos de un mes, "Lorca por Saura", con India Martínez
Decía que nunca miraba atrás y que tampoco pensaba en la muerte
Siempre con una cámara al cuello. Tenía más de 700 en su casa. La primera se la colgó a los 9 años para fotografiar a una niña que le gustaba. Desde entonces, más de ocho décadas de mirar y contar; 50 películas con Buñuel; Bergman y Fellini como referentes para construir un lenguaje propio, a veces seco, directo, reflejo de los males de España, y hacer solo, las historias que le gustaban.
Con solo 28 años debutó en Cannes con Los Golfos, un duro retrato de la periferia madrileña. Le seguiría La caza, para muchos, su mejor película ya con el productor Elías Querejeta con el que rodó sus trabajos más creativos: Peppermint Frappé, La prima Angélica, Ana y los lobos.
En los 80 se dedicó a otra de sus pasiones, el musical. Bodas de sangre, Carmen, El Amor Brujo, una trilogía rompedora a la que seguirían Sevillanas y Flamenco. Una forma nueva de acercarse al flamenco.
Cine, teatro, ópera, fotografía, música, infatigable hasta el último día. El pasado viernes estrenó su última película, "Las paredes hablan" y hace menos de un mes, "Lorca por Saura", con India Martínez. Decía que nunca miraba atrás y que tampoco pensaba en la muerte.
El también vivirá en su cine y respirará libre, como los aires que buscaban en Cabo de Gata los jóvenes de Deprisa deprisa.