La Universidad de Cádiz ha participado en el mayor estudio genómico sobre cazadores-recolectores de Europa.
Una cueva de Granada ha sido clave en el descubrimiento.
La tecnología de secuenciación genética más moderna sigue reescribiendo la historia de nuestros ancestros.
El mayor estudio genómico realizado hasta ahora sobre cazadores-recolectores revela que tras el Último Máximo Glaciar, de hace más de 20.000 años, los pobladores ibéricos reconquistaron Europa. Una cueva de Moclín (Granada) ha sido clave en el descubrimiento.
Se trata de un hito internacional que relaciona a las poblaciones del paleolítico con sociedades del continente europeo y la Anatolia, más que con las del norte de África. Un estudio pionero que demuestra que Andalucía fue refugio de nuestros antepasados durante lo peor de la Edad del Hielo.
En una cueva de Granada han encontrado el ADN más antiguo del sur de la Península. Lo ha hallado un equipo de arqueólogos internacionales, en el que participa la Universidad de Cádiz (UCA).
Los restos proceden de las cuevas de Malalmuerzos (Moclín), en Granada, los más antiguos, y de Ardales, en Málaga. Con veintitrés mil años almacenan el genoma humano más antiguo del sur de la Península Ibérica, solo relacionado con otro de treinta y cinco mil años hallado en Bélgica, como destaca José Ramos, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz.
El hallazgo, recogido por la prestigiosa publicación "Nature Ecology and Evolution", llena vacíos históricos y relaciona al individuo con poblaciones europeas antes que con los del Norte de África, aunque el tiempo terminó por unirlos.
En la investigación, liderada por la Universidad de Tubinga (Alemania), la Universidad de Pekín (China) y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania), participan 125 científicos que han analizado el ADN de 356 cazadores-recolectores prehistóricos, con información completamente nueva de 116 de estos individuos, procedentes de 14 países.
Los fósiles abarcan un periodo de 30.000 años y muestran cómo fueron las migraciones de aquellos primeros humanos modernos europeos. Ante el avance del hielo en el Último Máximo Glaciar, se refugiaron en el sur, pero mientras que su linaje desapareció de lo que ahora es Italia, se mantuvo en la Península Ibérica y el sur de Francia para volver a conquistar Europa miles de años más tarde.