El Ayuntamiento está formando a 30 mujeres del pueblo para recuperar una actividad que fue el motor económico de la zona hasta el siglo XIX.
Los oficios laneros que hicieron famosa a la localidad gaditana de Grazalema vuelven a reactivarse. El Ayuntamiento está formando a 30 mujeres del pueblo para recuperar una industria que fue el motor económico de la zona entre los siglos XVI y XIX.
Grazalema fue uno de los principales centros manufactureros de lana de toda España. 9.000 personas vivían aquí del tintado, abatanado, hilado y tundido. Aquellos oficios, desplazados durante décadas por las máquinas, resurgen en las manos de 30 mujeres que quieren vivir de la industria que hizo famoso a su pueblo, como nos explica la monitora, Beatriz Pérez.
Con ellas comienza un plan más ambicioso que quiere evitar que este pueblo blanco siga dependiendo solo del turismo y perdiendo población, según su alcalde, Carlos García.
El objetivo final es crear una futura cooperativa de tejedoras que sea viable económicamente y que mantengan vivos estos oficios tradicionales.