Paz Luca de Tena nos enseña el viñedo más antiguo de Sudáfrica
Conocemos uno de los rincones más curiosos de Ciudad del Cabo, un viñedo del siglo XVII, de la mano de una sevillana enamorada de África. Llegó en 1991 con su marido, decididos a empezar una vida juntos.
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Luis Márquez nos lleva hasta Ciudad del Cabo, la urbe más cosmopolita de Sudáfrica. Tiene unas playas y paisajes de ensueño y vive mirando hacia el frente y a los pies de imponentes montañas, tratando de dejar atrás la temible época del apartheid.
Allí conocemos a Paz Luca de Tena, una sevillana que lleva 30 años en Ciudad del Cabo. "Vine a visitarla, y me quedé", nos cuenta. Se encontró en casa. Enamorada de su clima y del ritmo de vida tranquilo, se dedica a todo. Tiene varios trabajos, relacionados sobre todo con el turismo: diseña mapas y tours por la ciudad. Llegó en 1991, tan solo unos meses antes de la mítica Expo'92, y lo hizo decidida a empezar de cero con su marido, un alemán que no terminó de encajar en Andalucía.
Con ella visitamos el viñedo más antiguo de Sudáfrica. Es del siglo XVII y de tradición holandesa. El primer gobernador del Cabo de Buena Esperanza, Simon der Stel, recibió esas tierras en 1685. Así empezó el dominio holandés de esta colonia, hasta que se la apropió Reino Unido en 1795.
Sudáfrica se considera el país fuera de Europa más antiguo dedicado a la producción del vino. Hay una uva que no la hay en otra parte del mundo. El 'pinotage' es una cepa de uva roja descubierta en 1925 en este país, supuestamente por error. Paz nos cuenta la curiosa historia de cómo nació el 'pinotage' y por qué gustó tanto a Napoleón.
Con ella también recorremos el centro de Ciudad del Cabo. Nos detenemos en el Ayuntamiento, donde en 1990, Nelson Mandela, tras pasar 27 años en la cárcel, dio su primer discurso. En 1994 se convirtió en el primer presidente negro del país, elegido por sufragio universal. Y también observamos el único trozo en África del muro de Berlín, regalo a Mandela en una visita de Estado a Berlín. Y terminamos frente al mar, paseando por el único puerto pesquero.
Paz Luca de Tena nos confiesa que Sevilla será para siempre su ciudad, pero que está enamorada de Sudáfrica por su tolerancia; su belleza natural, que le "quita la respiración"; y su gente, muy amable, y un trato muy humano.