Sanlúcar de Barrameda, capital gastronómica por sabrosos méritos propios

Por su cocina marinera y los sabrosos productos extraídos de la desembocadura del Guadalquivir, Sanlúcar de Barrameda es este año la capital gastronómica de España. Más allá de las consabidas degustaciones, charlas o talleres, Los Reporteros se ha adentrado en las cocinas de algunos de sus vecinos. Entre sus fogones, conocemos las señas de identidad de su exquisita gastronomía. 

Sanlúcar es puerto de partida y arribo de circunnavegadores, comerciantes y exploradores. Y como tal ha contado siempre con innumerables locales donde comer y beber. No es fácil encontrar la simbiosis de un campo fértil con una costa generosa en pescado. Que la tierra y la mar dispongan materia prima de esta calidad facilita sin duda al fogón su tarea.

Todo empieza en su mercado de Abastos, en la plaza, como se ha dicho toda la vida donde es importante aprender a reconocer una acedía y un langostino de Sanlúcar. Lo hacemos de la mano de Loli, presidenta de 'Ager Veneriensis',  la Asociación de Mujeres de Bonanza que ha editado ya once libros de recetas tradicionales, y de Nieves, una sanluqueña hija de pescador, que nos invita luego a su cocina para preparar tres platos de pescado en apenas una hora.

Pero no solo de pescado vive esta localidad, quién no conoce las patatas de Sanlúcar. Así que cambiamos el mar por la tierra de la mano de Mercedes quien nos cocina otra delicia sanluqueña: las papas aliñás. Pocos ingredientes, todos de aquí, es marca de la casa. Hasta el agua porque una vez lo intentó en Andorra pero "el agua las ponía duras, así que el agua tiene que ser de aquí".

Mientras Mercedes prepara las papas, su marido arregla uno de los pequeños toneles, botas se llaman en Sanlúcar. Ya jubilado, Manolo ha montado su pequeño taller-museo en casa, y una pequeña bodega. Porque el vino también puede ser casero. "Cuando termina la vendimia lo q hacemos es rebuscar la uva entre familiares y amigos , rebuscamos la uva, aquí la pisamos, la estrujamos con un torno que hay ahí, le sacamos el mosto, lo fermentamos y una vez que está limpio, ya fermentado, se le echa el alcohol, y eso se llama ponerlo sobre tabla, se lleva una temporada sobre tabla y luego ya pasa a las colas de las manzanilla". Y así presentamos otro de los manjares únicos de Sanlúcar, la manzanilla.

Tienen también aquí reconocida fama las verduras y legumbres, con su propio lenguaje porque los guisantes son llamados chicharitos; los tallos son las acelgas, los tapines son los calabacines y a la batata se le dice boniato. Ana nos lleva a su invernadero para luego preparar otro guiso muy local: los alcauciles con papas y huevos. En casa de Ana está ya Nieves preparando el postre. Tarta de boniatos. 

Como quien no quiere la cosa, una comida de amigos con una carta que podría firmar cualquier chef de estrellas Michelín.