Tierra y Mar

La entrañable historia de los burritos felices

Érase una vez un animal, el burro, que desde la antigüedad ayudaba en las duras tareas del campo. Servía, sobre todo, a los agricultores con menos recursos. Y, además, tenía, la virtud de transitar por terrenos de difícil acceso para otros équidos.

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5 julio 2020

Pero llegó la mecanización. Y el asno dejó de ser últil y casi tuvo que abandonar el campo andaluz. En Hinojos, en la provincia de Huelva, a puertas del Parque Nacional de Doñana, hay una asociación que trabaja para que la historia de este animal tenga un final feliz.

Y como todo lo que deja de ser útil tendemos a desecharlo, la Asociación El Burrito Feliz demuestra con un sin fin de actividades que los asnos siguen cumpliendo funciones provechosas para todos.

La unidad de burritos bomberos de la asociación se ha hecho famosa. Los asnos se utilizan como desbrozadores naturales en zonas especialmente sensibles. Juan José Negro es investigador de la Estación Biológica de Doñana. Los incendios son una de las graves amenazas del parque. Por eso es partidario de poner en valor la acción de estos animales.

La asociación El Burrito Feliz realiza desbroces en primavera, cuando la hierba está verde. Y los intensifican en verano, cuando el pasto está seco y hay más riesgo de incendio.

Cristina dirige el Proyecto Burrito Bombero. No cualquier pollino puede formar parte de esta unidad. Los que participan en los desbroces planificados tienen que tener unas cualidades muy específicas. Y aquí, el sexo del animal es importante.

Este espacio está dedicado a Wendy Clement, fundadora de la asociación junto a Luís Bejarano. Wendy Falleció hace un par de años, pero su recuerdo sigue presente. La zona acaba de ser desbrozada.

En esta finca conviven 19 burros representativos de todas las razas de la península Ibérica. El interés científico de estos asnos ha servido para unos trabajos de investigación de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Upsala, en Suecia, en colaboración con la Estación Biológica de Doñana.

Este es Magallanes. Su carácter dócil y afable lo ha convertido en el preferido para actividades relacionadas con los mayores o con personas con capacidades diferente. Domingo lo conoce bien. Pertenece a la Asociación para el Fomento y Promoción del Deporte Inclusivo. Hace unas semanas estuvo realizando una actividad en la que participaba una niña sordo-ciega que disfrutó de los efectos terapéuticos de los burritos.

Y así será gracias al esfuerzo altruista de esta asociación y también de otras que trabajan en Andalucía con el objetivo de preservar este animal, que en Hinojos seguirá siendo el burrito feliz.