En Solidarios esta semana acompañamos a varios estudiantes de la Universidad de Málaga en su tarea como voluntarios y analizamos la situación de nuestras fronteras reflejada en la novela de Miguel Pajares. Precisamente sobre cómo se acerca la literatura a enfermos mentales es de lo que trata otro de nuestros reportajes dedicado al taller de escritura que desarrolla ASAENES.
El pasado lunes, 5 de diciembre se celebró el día internacional del voluntariado, y con este motivo el programa Solidarios se acerca hasta Málaga para conocer CODEPRO, una ONG que nació en 2003 como cooperación internacional que se dedica a ayudar a niños con discapacidad en Mauritania y en Cuba, además a arreglar los tejados de algunas viviendas en estos países con el proyecto Casas de Abuelos. A raíz de la crisis económica, en 2009 creó en Málaga otra linea de trabajo para asistir a las familias necesitadas y gracias a un acuerdo subscrito que ha firmado con la Universidad de Málaga, en esta ONG ayudan cada vez más universitarios.
También hablamos con el escritor Miguel Pajares, quien presenta su nueva novela “Aguas de venganza” quien ha novelado la situación a la que se enfrentan a diario millones de inmigrantes en todo el mundo, donde las fronteras se han convertido en una pesadilla y un claro ejemplo de la vulneración de los derechos humanos.
Doctor en Antropología Social e investigador de la Universidad de Barcelona, Miguel Pajares es también presidente de la CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en Cataluña. Desde hace 25 años es defensor de los derechos humanos, y "Aguas de Venganza"es su tercera novela, una historia de intriga y misterio en la que el lector toma contacto con la realidad que los inmigrantes viven en la frontera sur de Europa, Ceuta y Melilla, un relato con el que nos recuerda el valor de la solidaridad.
La palabra tiene un inmenso poder terapéutico, es una herramienta que permite poner en orden los pensamientos y eso contribuye a mantener el equilibrio. En ASAENES, la Asociación de familiares y allegados de personas que tienen problemas de salud mental, realizan muchas actividades y entre ellas hoy nos acercamos a un taller de narrativa. En el que, tal y como nos dice su monitora, no escriben solo por escribir, sino que escriben porque alivia la existencia.