El coronavirus impone el cariño virtual en las residencias

Sin visitas de sus seres queridos, sin contacto físico, sin paseos ni salidas a la calle, así resisten los internos de las residencias donde el virus ha vuelto a entrar. Como principal apoyo tienen el cuidado de los que les atienden, y su única ventana al exterior, ahora, es el móvil. Las videollamadas han sustituido, hasta nueva orden, a los besos y abrazos.

Los Reporteros ha estado en la residencia Vitalia Mairena, uno de los centro donde más positivos se han registrado en esta segunda ola. Los familiares delegan su cariño ahora en manos del personal y saben que el mensaje llega a su destino.

En otro centro, Orpea Sierra, en Córdoba, los positivos han llegado a ser 80. Hemos hablado con un familiar de esta residencia afectado de covid.

NUEVO PROTOCOLO TRAS LA PRIMERA OLA DE COVID

Seis meses han pasado desde aquel tsunami que arrasó las residencias. El virus se cebó con los mayores de 80 años con varias patologías. Se actuó con la mejor voluntad pero con escasos medios. No había equipos de protección ni test, y la factura del desconcierto se cobró más de 600 víctimas en Andalucía. Los fiscales no vieron entonces, en ningún caso, indicios de delito.

Según el Fiscal provincial de Mayores de Córdoba, Fernando Santos Urbaneja, la situación ahora es dintinta porque ha habido tiempo suficiente para prepararse.

Tras lo aprendido de aquella experiencia, se ha habilitado un protocolo que incluye la delimitación de espacios y la realización de pruebas a trabajadores y residentes con los nuevos test de antígenos. La rapidez en conocer los resultados puede salvar muchas vidas.

Donde la propagación del virus ha sido mayor se ha decidido medicalizar el centro, una medida que se aplica en 46 de las 1.107 residencias andaluzas, para atender a los enfermos sin tener que desplazarlos. Como es el caso de la madre de Cristina con la que hemos hablado.

VISITAS Y PASEOS RESTRINGIDOS

En la residencia Virgen de Luna, en Villanueva de Córdoba, a pesar de que no se ha registrado ningún caso de covid tampoco hay paseos para los interno y las visitas se hacen con cita previa y mamparas de protección. Las normas han cambiado para todos.

Cuando parecía retomarse la vida tras la tormenta que los aisló del mundo, el coronavirus ha provocado que la intranquilidad haya llegado para quedarse en estos centros. El virus pone a prueba ,de nuevo, la resistencia de los que pensaban que ya habían luchado suficiente en la vida. Pero no, aún les quedan batallas como ésta.

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