La Esclava Blanca | Capítulo 8
Victoria conocerá, en este capítulo, la verdad de lo ocurrido en el incendio de El Edén cuando ella era una bebé, quién mató a sus padres y porqué terminó con Lorenza y con él. Pero lo más importante es que le hace comprender que ella es la heredera legítima de la Hacienda, de las tierras y de los esclavos.
Isabel (hasta ahora Isabelita), es encontrada por el vagabundo Gabriel en mitad de la selva, a quien le propone que se sean amigos. Terminan siendo acogidos por un grupo de músicos donde ella hace importantes descubrimientos: puede recibir la luz del sol sin ningún daño para su piel ni para la vista y puede comer todo tipo de alimentos sin que su cuerpo sufra alteración alguna. Baila, bebe, come y disfruta como una adolescente más y se da cuenta de que, durante todos estos años, ha sido engañada por su padre y su abuela, que la han tenido encerrada y aislada del mundo bajo mentiras y engaños.
La familia de Victoria está conmocionada con el descubrimiento de la identidad de la Marquesa de Bracamonte. Tomás consigue acceder a ella y le cuenta la verdad de lo ocurrido en el incendio de El Edén cuando ella era una bebé, quién mató a sus padres y porqué terminó con Lorenza y con él. Pero lo más importante es que le hace comprender que ella es la heredera legítima de la Hacienda, de las tierras y de los esclavos.
Este hecho cambia los planes que Victoria tenía con Miguel para escapar, ahora ella quiere hacer justicia y destruir a la familia de Nicolás Parreño, pero antes se propone recuperar El Edén y liberar a los esclavos. Para ello se ofrece de intermediaria entre Isabel y su abuela, cuyas relaciones se encuentran muy debilitadas tras la fuga de la joven. Victoria se convertirá en la gran aliada de Isabel.
El resto de hacendados de la zona ven como Nicolás protege y reconoce públicamente cada vez más a Miguel, lo que consideran un peligro para sus intereses económicos. Deciden tomar cartas en el asunto y deshacerse de él. Miguel es nombrado Administrador de El Edén en sustitución de Morales. Esto supone una gran afrenta y humillación pública para el antiguo capataz, quién por despecho le cuenta el motivo por el que Parreño lo tiene en tanta consideración: es su padre.
Gabriel –el vagabundo que cuidó de Isabel durante su huida- es acusado de secuestro y arrestado por el General, quién descubre que es su hijo descarriado y rebelde que ha desertado del frente. Alonso, el hermano mayor de Gabriel se enfrenta a su padre para defender a su hermano y lo libera.