Nació en Almería para proteger la fauna del antiguo Sáhara español y con el paso de los años se ha convertido en un centro de referencia en lo que se refiere a la conservación de algunas especies africanas en peligro de extinción.
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Han pasado cincuenta años de estas imágenes, testimonio visual de la Operación Mohor, liderada por José Antonio Valverde, Antonio Cano y Mar Cano, tres pioneros de la conservación animal y ambiental de nuestro país. Corría el año 1971 cuando llegaban a Almería procedentes del entonces Sáhara español varias gacelas Mohor y Dorcas al Instituto de Aclimatación, hoy la Finca Experimental de la Hoya, perteneciente a la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científica.
En aquellos años y con los medios que había fue una operación titánica. Había especial preocupación por la gacela Mohor desaparecida en el norte de África.
Aclimatadas en los cercados almerienses comenzaron los estudios para conocer los comportamientos de cada una de las gacelas. Se distribuyen en rebaños de solteros y funcionan con harenes. En la Finca Experimental reproducen los comportamientos como si estuvieran en libertad.
La reproducción en cautividad de las especies se ha hecho de tal forma que se ha conseguido conservar el valor genético y saber como se debe llevar a cabo los cruces. Volver a su hábitat natural era el fin de todo este proyecto. El seguimiento de las mohor marcadas chips digitales ha permitido como se compran en completa libertad
En el caso de la gacela cuvier, el primer parto de este año ha sido de gacelas gemelas. Son crías de los ejemplares que fueron soltados en completa libertad y después de un proceso intermedio de cría en cautividad en Túnez.
Los investigadores trabajan para llevar a cabo la reintroducción del arrui.
La Finca Experimental es la matriz de otros centros en Europa que participan también en el mantenimiento de estas especies.
Una labor que llevan a cabo estos mujeres y hombres que son los que mantienen vivo el legado de la Operación Mohor gracias a los convenios con los países del norte de África que han permitido que las gacelas vuelvan a poblar sus bosques mediterráneos y sabanas.