Laguna Fuente del Rey es un enclave natural que hace 30 años no era más que una escombrera y que hoy presume de ser un ejemplo de restauración ambiental, un oasis urbano para disfrute de visitantes.
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De paso, para resistir el invierno, volar aquí o allá, o anidar al abrigo de los árboles. Laguna Fuente del Rey es un reclamo para decenas de especies que cada año pasan por aquí o se han instalado definitivamente.
Pues yo en muchas circunstancia no se que es lo que encuentran aquí las aves, no se que encuentran aquí las aves. La evidencia es que están y tenemos que entender que sí están pues encuentran alimento, encuentran tranquilidad, encuentran seguridad.
Curioso imán para un enclave encajado entre una carretera y un núcleo urbano, un lugar con vida propia que consigue hacerte olvidar rápidamente todo lo que dejas fuera.
Pero no siempre fue así. En los 80 este lugar era una escombrera al que muy pocos le veían futuro. Manuel lo peleó desde el principio.
Manuel ha sido muy persistente. Encontró aliado en el ayuntamiento de Dos hermanas que se puso en marcha y consiguió la ayuda de los fondos europeos
Más calmado, pero con el mismo entusiasmo nos trae hasta este observatorio, su rincón favorito de la laguna, un lugar que comparte con las personas que más se preocupan por este enclave.
Y aquí en la tranquilidad aparente de la laguna, asistimos a la lucha constante por el territorio. Esta vez entre la focha común y su pariente, la focha cornuda
Disputas puntuales y una interacción constante entre las diferentes especies que habitan estas 10 hectáreas por cuyos caminos nos internamos, una zona boscosa, donde los tarajales conservan restos de nidos que pronto volverán a la vida.
Y tomando nota de todo, un visitante que disfruta con lo que ve, aunque su interés va más allá. Como agente de viajes, el turismo más cercano se ha convertido en una buena opción
Y así observando con atención, descubrimos otras especies camufladas con el paisaje. Animales atentos a no ser el bocado de otros depredadores que también se mueven por aquí.
El paseo continúa y la vista se vuelve una y otra vez hacia la laguna, con sus isletas flotantes donde las aves sestean o realizan las primeras abluciones del día.
También llama la atención esa espada en medio del agua que nos conecta con el pasado.
Cuenta la leyenda que en tiempos de la reconquista las tropas del rey Fernando III acamparon en esta zona y en un momento de extremo calor como es habitual en los meses de verano.
Una historia que tiene su explicación porque el nivel freático de la zona es bastante elevado. Y así de esa leyenda nació la Fuente del Rey, que da nombre a la laguna y a su entorno.
Aquí, nos cuentan se hacían decenas de actividades antes de la pandemia. La Laguna funciona además como centro social, un punto neurálgico de la barriada.
No hace tanto que las risas escolares llenaban este espacio. Las visitas de colegios eran constantes. Muchos niños han vivido aquí su primera experiencia con la naturaleza.
La primavera se anuncia ya en la pradera de la Laguna. Durante el recorrido, Esperanza Gil, científica ambiental nos invita a conocer otro de sus proyectos, este sistema acuapónico. Combina el cultivo de animales y plantas. Pequeños peces y cangrejos proporcionan materia orgánica a lechugas y judías.
Fuente del Rey presume también de su anillamiento científico. Un proyecto que permite seguirle la pista a las aves que pasan por aquí Hoy hemos esperado horas hasta ver aparecer al morito común, el ave insignia de la Laguna. Llegó en 2012, en año de sequía, y aquí criaron hasta 250 parejas. Después han seguido viniendo.
Nunca te cansas de este sitio nos dice Manuel Hernández que encuentra una curiosidad para mostrarnos en cada rincón.
La leña enriquece el medio, nos dice Manuel mientras vemos los montones que se reparten los vecinos o que sirven de guarida a los animales. Todos tienen su sitio aquí, hasta los insectos disponen de un lugar al resguardo.
El paseo toca a su fin, no sin una última mirada a Laguna Fuente del Rey antes de sumergirnos en el tráfico de la ciudad. Aquí acogedor , recoleto y lleno de vida hemos encontrado un oasis al lado de Sevilla.