Espacio Protegido | Acequias a más de dos mil metros de altura
Espacio Protegido se despide esta temporada con una visita a las acequias de Sierra Nevada, un elemento valiosísimo para la conservación de este espacio natural. Además, viajamos a Túnez para observar cómo se aclimata una especia de gacela y descubrimos unas salinas en Sevilla
La conservación de las viejas acequias de Sierra Nevada no sólo es imprescindible para la supervivencia de la agricultura de montaña, también es un recurso decisivo para conservar la biodiversidad de este espacio protegido. Hace siglos los pobladores de Sierra Nevada encontraron una forma eficaz y fascinante de aprovechar el agua del deshielo de las nieves. Algunos dicen que tienen su origen en la época romana, pero la mayoría cree que se construyeron en la etapa hispano musulmana. Son las acequias de careo, verdaderas obras de ingeniería y arte que juegan un papel primordial en todo el entorno.
Desde Granada, Espacio Protegido viaja hasta la campiña sevillana para visitar las salinas de Valcargado, Valcargado, la llamada catedral blanca de la campiña sevillana, es la mayor salina de interior de Andalucía y ha sido referente histórico de la industria minera de la sal. Y, pretende ser pionera en la puesta en marcha un plan de recuperación de sus instalaciones, ampliación de su producción artesanal y la creación de un centro de interpretación, de ocio y turismo vinculado a las cualidades saludables de la sal. Todo, a iniciativa de la Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal, Andasal, que pretende desarrollar en Valcargado un nuevo modelo de aprovechamiento integral de los recursos de la salina.
Para terminar el programa, visitamos el parque nacional de Jebel Serj, en Túnez. Nuestra presencia aquí tiene que ver con un herbívoro, la gacela de Cuvier, prácticamente desaparecida en libertad desde hace un siglo en todo Sahara-Sahel y por tanto en grave riesgo de extinción. Se da la circunstancia de que ahora este escenario es noticia porque entre abril y mayo han nacido las primeras 15 crías de la especie gracias a la cesión y reintroducción en octubre de 2016 de un grupo 43 hembras y machos procedentes de la Finca Experimental la Hoya (Almería), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y el Oasis Park de Fuerteventura, éste último núcleo zoológico de seguridad y colaborador del primero.