Rodado en la cordillera del Atlas, en Marruecos, este documental muestra cómo sobrevive en la zona una cultura ancestral como la Bereber, los Imazighen 'hombres libres', cuáles son sus costumbres, forma de vida y sus ideas de cara al futuro. Mientras que los que viven en las ciudades promueven el resurgimiento de la identidad bereber, los habitantes de las montañas subsisten como campesinos, perpetuando una cultura milenaria.
Sinopsis
Aïsa, un joven estudiante, parte desde su puesto para recorrer en vacaciones las amadas montañas de su tierra natal. A partir de aquí, una sucesión fragmentaria de recorridos y personajes hace que nos adentremos en el corazón del Alto Atlas. Las voces que esta trama viajera va haciendo comparecer nos hablan a veces desde la nostalgia de un mundo pasado, difícil e idealizado, otras desde el rechazo a la situación servil de las mujeres o a los fundamentalismos religiosos. Hablan de la acción política a favor de la identidad bereber. O expresan, como hace melancólicamente el “chej” Ahmed, la mezcla de expectativas y temor ante un futuro que quizá les haga a la vez más ricos y menos felices
El título de este largometraje documental nos propone una mirada hacia el inmediato sur de Europa, tan cercano por obvias razones geográficas e históricas y a la vez tan remoto e ignorado en muchos sentidos.
“Atlas bereber”, dirigido por Moisés Salama, con producción participada de Canal Sur, es fruto de varios años de trabajo en el Alto Atlas oriental y central. La mayoría de sus imágenes corresponden a rodajes efectuados a lo largo de 2006 en Marruecos: Tounfite y Anefgou (provincia de Khenifra), Imilchil (provincia de Errachidia) y Zawiyat Ahansal (provincia de Azilal).
Los Imazighen
La cultura amazigh (bereber) representa el sustrato autóctono común al inmenso territorio norteafricano, desde el Atlántico al desierto egipcio y desde el Mediterráneo al Sáhara. A pesar de la profunda arabización del Mahgreb, iniciada hace más de un milenio,la lengua tamazight es hablada hoy por decenas de millones de personas, principalmente en Argelia y Marruecos.
El desierto y la montaña han favorecido la pervivencia de la identidad de los "hombres libres" (eso quiere decir imazighen) en tierras que han sido históricamente focos de disidencia y resistencia, como la de Abd el Krim en el Rif.
Esta relativa independencia, sin embargo, ha conllevado también una marginación política y económica que ha relegado a los imazighen a las áreas con condiciones de vida más difíciles. La formidable cadena montañosa del Alto Atlas, con picos de más de 4.000 metros y numerosos valles habitados a gran altura, ha marcado durante siglos una de esas fronteras a la vez geográficas y culturales, preservando formas sociales arcaicas en las que el pastoreo nómada, las estructuras tribales o la tradición oral tienen todavía hoy una presencia notable.