En el castillo de Sancti Petri pudo estar el templo del fundador de Cádiz
Con la ayuda de la historiadora Ana María Niveau entramos en la leyenda fenicia que describe el geógrafo griego Estragón, en la que el dios Melkart pide a los ciudadanos de Tiro, en la actual Siria, que funden una ciudad más allá de las columnas de Hércules. Si quieres ver más noticias destacadas, visita la web de Desmontando Andalucía. Y en la plataforma de CanalSur Más tienes los programas completos. Descárgate la App de CanalSur Más en: Play Store y Apple Store.
La historia de Cádiz, una de las ciudades más antiguas de Occidente, está profundamente entrelazada con la mitología, tanto que a veces es difícil distinguir la realidad del mito. Los antiguos griegos la llamaban Gadeira, y los romanos, Gades. Su fundación se atribuye tradicionalmente a los fenicios, expertos navegantes, alrededor del siglo XII a.C. Melkart, una de las principales deidades fenicias, venerado como protector del comercio, la navegación y la fuerza, es considerado el fundador de Gadir. Los griegos lo identificaron con su héroe Hércules debido a sus atributos similares.
Se dice que Melkart llegó a estas tierras en uno de sus viajes y, impresionado por su belleza y ubicación estratégica, estableció allí un importante centro de comercio. Se le asocia con la fuerza y la valentía necesarias para abrir rutas comerciales más allá de las Columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar), que en la antigüedad se consideraban el límite del mundo conocido. El castillo de Sancti Petri, situado en un islote frente a la costa de Chiclana de la Frontera, está envuelto en un halo de misterio y leyenda. Se levanta en el que se cree que fue el emplazamiento del antiguo Templo de Melkart-Hércules gaditano, un santuario de gran importancia en la antigüedad.
Astarté, la diosa fenicia de la fertilidad, el amor y la guerra, también era una deidad muy importante en el Mediterráneo, y su culto estaba muy extendido en las colonias fenicias, incluyendo Cádiz. Se cree que Astarté era la consorte de Melkart y que también se le rendía culto en Gadir, a menudo en conexión con su papel de protectora de la ciudad y de la prosperidad de sus habitantes.
