Seguro que estás harto de ver en la tele programas acerca de cómo se hace esto y lo otro, cómo se fabrica tal y cual. 75 Minutos se pregunta este martes justo lo contrario: ¿cómo se destruyen las cosas?
La mayoría de los objetos que nos rodean cumplen una vida útil, pero ¿qué pasa después? ¿Cómo se destruyen o se les da un fin? ¿Dónde acaba toda la comida que desechamos? Según los datos del sector, somos los consumidores los que acabamos tirando más comida, incluso más que los productores y distribuidores. Según la Unión Europea, cada español tira a la basura unos 200 euros de media o el equivalente a 28 kilos por persona y año. Esta noche, conocemos a una familia sevillana que nos abre las puertas de su casa para ver qué tiene en la despensa y cómo organiza su basura. ¿Crees que despilfarramos o sabemos darle un buen uso a todo lo que llena nuestras neveras?
También nos preguntamos qué pasa con la comida que ni siquiera nos llega a nosotros, como los desperdicios o descartes de carnes y pescados. ¿A dónde van a parar? Ahora sabemos que gran parte acaba en fábricas de piensos y abonos. Hasta una de ellas viaja nuestro reportero Paco Ballesta. Unos 8.000 metros cuatros, repletos de oficinas, laboratorios, talleres, áreas de recepción de materias primas, limpieza y desinfección de camiones componen una de las pocas empresas de gestión de subproductos alimentarios que existe en Andalucía y está ubicada en la pedanía tarifeña de Tahivilla. “Hacemos harinas, aceite y proteínas para consumo animal con los descartes del pescado que llega a nuestras casas, es decir con las cabezas, las colas y las espinas”, explica Florencio, gerente de la planta transformadora.
Bastante más desconocida es la gestión de los residuos médicos. En el hospital público más grande de toda Andalucía, el Virgen del Rocío de Sevilla, se generan más residuos que “en toda la barriada que está al lado”, dice Manuel Huerta, el ideólogo y responsable de la gestión de todo lo que se tira en los hospitales y centros de salud andaluces. Unos 500 centros de salud y 45 hospitales. Ahí es nada. ¿Cómo se destruye lo que generan más de 21.000 camas hospitalarias? Y, puestos a pensar, ¿qué se hace con cosas como las muestras de orina o la sangre resultante de los análisis que nos hacemos? ¿Las gasas y restos de intervenciones quirúrgicas? Todas estas preguntas se plantea Bea Díaz en el reportaje.
Respecto a los residuos infecciosos, la vida tampoco les depara un futuro muy prometedor: son llevados a una planta de tratamiento en Atarfe, en la provincia de Granada. Cada uno de estos contenedores se somete a una hora de temperaturas a 135 grados para ser esterilizados. Se trituran y después, a vertedero. Nos dicen que es la primera vez que entra aquí una cámara de televisión. “¿Tan complicados son los permisos?”, pregunta Bea Díaz. “No, es que nunca nadie se ha preguntado cómo se destruye todo esto”.
Muchos otros elementos cotidianos para nosotros tienen fin, desde los muebles, los electrodomésticos o incluso nuestras casas. Llega un día en el que desaparecen, al menos tal como los conocemos. El número 24 de la calle Cuadra y González de Brenes, en Sevilla, está a punto de ser historia. Una vivienda con más de 50 años que va a ser demolida por su situación casi de ruina. El reportero Javi García acompaña a la empresa de demolición, gestionada por cuatro hermanas, para ver el trabajo de quienes en su día a día se encargan de tirar abajo todo tipo de construcciones.
Hasta Jaén viaja nuestra reportera Rocío Vicente. Allí le cuentan que más de 1.700.000 neumáticos son destruidos cada año en la provincia. “Las ruedas de los vehículos y, sobre todo, de los camiones, se apuran demasiado. Pierden el grosor de seguridad y hay que cambiarlas”, dice Carlos, el dueño de un taller de Andújar.
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