En un momento en el que proliferan las asociaciones de crianza natural y respetuosa y que los abuelos ejercen, en muchos casos, como cuidadores de los niños, nos preguntamos cómo son los padres y madres de Andalucía y cómo crían a sus hijos
El martes 15 de noviembre, a las 22:15 horas, no te pierdas este nuevo programa que lleva por título “La Crianza”. Para que la gente que le pregunta lo pueda entender, May dice que es “niñera”. La realidad es que es cuidadora o “madre de día”, un término aún alegal en Andalucía pero reconocido en otras partes del país. Significa que May cuida a niños de entre 0 y 3 años en su propia casa, “lo que permite que los niños no pasen buena parte del día sentados en una silla”. Bea Díaz es testigo de cómo los niños esturrean arena “mágica” por el suelo “porque hoy toca arte”. El método de formación de May es el Montessori, un método educativo que nació en la Francia del siglo XIX y en el que se pretende respetar los ritmos y tiempos de cada niño, de forma que cada uno tenga sus propios niveles de formación y educación. May reconoce que aún parece un bicho raro por lo que pide una legislación que avale su formación y su oficio. “Cualquiera cree que puede montar una guardería en casa y eso no es. Soy licenciada en Pedagogía y Magisterio”, dice, mientras los niños le ayudan a poner la mesa para el desayuno con el pan y zumo que han hecho ellos mismos.
En este programa queremos conocer a los padres andaluces que trabajan fuera y dentro de casa. “Hay días que pasan las 24 horas y sigo trabajando, sin dormir, para conciliar la vida familiar con mi ocupación de enfermera interina que oposita”, nos cuenta Olga, sanitaria sevillana de 40 años que tiene turnos de doce horas y dos hijas de siete y once años. “Estudiar, las labores de casa y llevar la familia es difícil pero la pareja es todavía más porque acabas agotada”, reconoce cansada, aunque añade satisfecha que “merece la pena por mis hijas”. David, el padre de las niñas, ha montado una empresa de programas informáticos junto a dos socios. Su actividad le roba todo el día fuera de casa. “Veo a las niñas cuando se levantan y poco antes de acostarlas”, destaca pensando que le gustaría disfrutar más de ellas. “Sin la canguro y los abuelos sería imposible”, le confiesa al reportero Paco Ballesta. La Organización Mundial de la Salud recomienda la leche materna como alimento exclusivo del bebé hasta los 6 meses y aconseja su prolongación hasta los dos años de vida del niño. Y precisamente para dar información a los padres y madres acerca de los beneficios de la lactancia, resolver dudas y dar apoyo en los primeros días de dar el pecho se organizan de manera periódica charlas y encuentros por toda Andalucía.
“Cuando llega un bebé, tu vida cambia tanto que te sientes perdida y desorientada. Ayuda mucho reunirte con otros padres que están viviendo la misma situación que tú, para compartir dudas y preocupaciones y ver que tú no estás sola en esto”, dice Eli, la madre de Gregorio, de 2 años. “Se trata también de normalizar la lactancia materna. Nos reunimos y nos vamos a un sitio público a dar el pecho, porque es tan natural como la vida misma. Hay que verlo como algo normalizado”, añade junto al grupo de crianza Mamilactancia.
Paté de remolacha o hamburguesas vegetales. Podrían formar parte de un menú de cualquier restaurante y pensado para adultos pero en realidad son los platos de un taller de alimentación en el que enseñan a los padres recetas como éstas para niños de apenas un año. Estamos en Valencina de la Concepción y Teresa, comadrona y doula, capitanea este taller para orientar a los padres en los alimentos que deben introducir después de la lactancia. “Hay que incorporar las cosas poco a poco. A los seis meses, que es la lactancia materna mínima que defendemos, ya podemos poner fruta y verdura. No hay que pasarla del todo. Es recomendable que los niños noten los trozos, sepan qué diferentes texturas hay. Hacer una papilla que simplemente se traga, no es bueno”, dice Teresa junto con Ornella, una nutricionista italiana encargada de cocinar ante la atenta mirada de los padres. Arancha, madre de Aitana, pregunta sobre los lácteos. Paloma, madre de África, se interesa por cómo se tuesta el sésamo y Abel, con apenas unos meses, saborea un trozo de apio. ¿No es raro que un bebé se lleve a la boca un trozo de apio?, pregunta Bea Díaz. “Lo que no hay que hacer es darles pan”, continúa Teresa. “El pan está demasiado procesado, con harinas muy refinadas y eso puede provocar una intolerancia al gluten temprana”, señala mientras siguen cocinando.
“El camino a la maternidad es un camino lleno de sensaciones y sentimientos, que hay que cuidar para que todo fluya con naturalidad”, asegura Cristina, madre de dos niños que hace un año decidió formarse para ser doula, mujer que acompaña emocionalmente a otras durante el embarazo, el parto y el postparto. Cristina vivió su primer embarazo lejos de su familia, con miedos, dudas y mucha soledad. “A partir de ahí, decidí prepararme para poder ayudar a las madres y acompañarlas en ese vaivén de emociones”. Andrea es la primera madre a la que acompaña en su embarazo, es inglesa y tiene a toda su familia fuera. “Cristina y yo quedamos para charlar, le hablo de mis dudas y me aconseja”, comenta la mamá en estado. Precisamente, la soledad de Cristina la llevó a buscar su propia tribu de crianza. Rocío Vicente conocerá a varios miembros de este grupo de más de 20 madres y padres con el que compartir experiencias, consejos y miedos.
Los abuelos son hoy en día los eternos criadores de sus nietos y un gran tesoro en muchas de las familias andaluzas. Preti y Francisco ejercen de abuelos a tiempo completo. Desde que se levantan, su trabajo gira en torno a sus nietos. Ellos los llevan al colegio y los recogen, les preparan la comida y vigilan que hagan los deberes. No les queda otra porque su hija y su yerno trabajan toda la mañana y salen por la tarde. Les acompañamos en una jornada maratoniana en Cádiz, donde Javi García comprueba cómo los abuelos ejercen de padres y los nietos llaman a veces abuelos a sus propios padres.
“Yo prefiero piel con piel, que mi pequeña oiga mis latidos y se calme al olerme”, afirma Yolanda, madre primeriza de 37 años y miembro de la asociación Red Canguro. Esta entidad defiende la crianza de los niños porteándolos con telas preparadas para soportar más de 100 kilos de peso o mochilas especiales en lugar de usar los habituales carricoches. “Puedes hacer las labores de casa o lo que necesites mientras la porteas porque este sistema te da más movilidad que el carrito”, señala. “Lo hago por ella y por mí, porque me gusta, me hace sentirme más padre llevarla enlazada a mi cuerpo”, añade Abelardo, marido de Yolanda.
“Red Canguro no para de crecer, somos miles en España los que estamos convencidos de que portear a los hijos favorece los vínculos familiares”, incide María González, vicepresidenta de esta entidad. Y tras 75 Minutos, el nuevo espacio “La mirada de Bea” En “La mirada de Bea”, Lidia Claudel, psicóloga perinatal; Ana Llopis, empresaria y madre de dos niños y Fermín García, pediatra, hablarán sobre conciliación laboral y familiar. ¿Supone siempre una renuncia a alguna de las dos cosas? ¿Tienden los padres a sentirse mal si no dedican el tiempo necesario al trabajo? ¿Y a los hijos?