Se han cumplido dos años desde el lanzamiento de ChatGPT, la herramienta que disparó la carrera por la inteligencia artificial generativa.
Tras dos años del ChatGPT, en Los Reporteros abordamos los desafíos a los que se enfrentan estas técnicas.
La inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en nuestras vidas, pero todavía se enfrenta a desafíos como la privacidad y los sesgos.
Cuando se cumplen dos años de ChatGPT, en Los Reporteros abordamos en qué punto de desarrollo está la inteligencia artificial y qué nos puede deparar el futuro. Y ponemos el foco en debates abiertos en torno a la propiedad intelectual, su impacto en el mercado laboral e incluso en la sostenibilidad.
Jugar con la inteligencia artificial puede ser divertido. La irrupción de ChatGPT ha marcado un antes y un después en la democratización de estas tecnologías. Pero los expertos coinciden en que estamos en el prólogo de todo lo que podrán hacer por nosotros los desarrollos informáticos, a través de algoritmos y modelos matemáticos, para imitar la capacidad de los seres humanos de aprender, razonar, tomar decisiones o adaptarnos a nuevas situaciones.
Se han cumplido dos años desde el lanzamiento de ChatGPT, la herramienta que disparó la carrera por la inteligencia artificial generativa. Sin embargo, cualquier IA necesita tiempo para alcanzar su verdadero potencial. Todavía se enfrenta a desafíos en aspectos como la comprensión contextual o la lógica.
Juan Carlos Rubio es director general de Oga, la primera empresa andaluza creada específicamente para desarrollo de inteligencia artificial. Trabajan en soluciones para firmas como Cocacola, Acerinox, Bida Farma, incluso para el Ministerio de Defensa. Tienen también un consejo asesor formado por catedráticos de varios países, pero para ellos no hay IA sin IO. Es decir, inteligencia artificial sin investigación operativa, técnicas de optimización de procesos, que hibridadas y combinadas con la inteligencia artificial, están ofreciendo un gran valor a muchas organizaciones.
También hay un desfase entre el ritmo del progreso de estas tecnologías y las expectativas del mercado. Pero a la vez surgen retos éticos como los sesgos, la gestión de la privacidad, la toma de decisiones autónomas e incluso la sostenibilidad. Sin olvidar grandes debates como el de la propiedad intelectual por obras creadas con IA o el impacto que ésta tendrá en el mercado laboral.
Hay quien incluso plantea que a largo plazo, podrían surgir cuestiones filosóficas sobre la naturaleza de la conciencia y la moralidad. Si es que alguna vez llegamos a crear inteligencias artificiales que nos superen. Para los expertos, eso es a día de hoy ciencia ficción. Lo cierto es que la IA está cada vez más presente en nuestras vidas.