El empresario perteneciente a una familia adinerada de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, pasó un infierno de 16 días en pésimas condiciones y temiendo constantemente por su vida. Fue rescatado por los GEOs y los culpables, encarcelados.
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Aquel verano de 2008 cambiaría la vida de Rafael Ávila para siempre. Al salir de la oficina, varias personas lo introdujeron a la fuerza en una furgoneta y desapareció. Pertenecía a una familia adinerada dedicada a la construcción y muy conocida en la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, aunque él, no tanto.
Los secuestradores pidieron al día siguiente un rescate desorbitado a juicio de la policía, 10 millones de euros. Con la ayuda de los responsables policiales del momento y de la prensa local que cubrió el suceso, nos adentramos en las investigaciones, que fueron dando frutos poco a poco, hasta que un grupo de los GEO de la Policía Nacional liberó al secuestrado. Las detenciones no se harían esperar y trajeron muchas sorpresas. Había un informante en el entorno de la familia, el cabecilla era bien conocido por sus actividades ilegales; y el rescate del secuestro no era el objetivo final. El reportaje desentraña todos estos detalles.