Sara Baras amplia en el Nuevo Apolo de Madrid

31 marzo 2017

Sara Baras prorroga su estancia en el Teatro Nuevo Apolo, el escenario donde empezó todo hace 20 años, cuando debutó con su compañía flamenca y ni siquiera había dinero para publicidad. Como el sentimiento que brota del dolor, hay pureza en su espectáculo. “La muerte de Paco de Lucía supuso un golpe muy duro. La tristeza por el genio que se nos iba pero también por el ser humano, por el cariño personal que le profesaba. Hasta en eso parece que el maestro le daba la vuelta a las cosas. De ahí nació la necesidad de agradecerle, y Voces es de las cosas más bonitas que hemos podido hacer. Nos ha enseñado muchísimo en estos dos años. Disfrutar y conectar con nuestros maestros, por encima de la pena de su ausencia, es un regalo que nos hacen. Sus voces siguen vivas por dentro. No sólo en lo artístico sino también en lo personal. Sus consejos. Al principio me sentía incapaz de escuchar sus voces, pero todo se fue dando la vuelta. Esto es lo que somos gracias a su influencia. Les doy las gracias a diario”.

De todos hay algo en Sara. En su arte y en su vida. “La única pega es no haberlo realizado cuando ellos estaban aquí. Pero está hecho con todo el cariño, con todo el corazón, con toda la humildad”. De los seis homenajeados, tuvo la bailaora gaditana relación directa con cinco. Sólo con Carmen Amaya no hubo trato. Es la voz que no suena pero que está en su danza, en su forma de bailar, tan presente. “Su influencia está clarísima. Ella marcó también un antes y un después en el flamenco. La admiración es total hacia su arte, su persona y su valentía”.