HOMENAJE A LA NIÑA DE LOS PEINES
HOMENAJE A LA NIÑA DE LOS PEINES

"Andalucía Cantaora" abre el Festival Al Gurugú

Es un espectáculo plural y diverso, como el propio flamenco, que con el único acompañamiento de la guitarra y las palmas de los Mellis de Huelva nos propone un amplio recorrido por los diversos estilos que conforman este rico género musical.

5 junio 2019

Gema Caballero nace en Granada, desde muy joven empieza su afición por el Flamenco en las academias de baile de su ciudad, que serán su primera escuela para el conocimiento del repertorio como cantaora. Interviene en distintos festivales y encuentros flamencos, compartiendo cartel con jóvenes artistas granadinos de su generación como , Estrella Morente o Marina Heredia. Ha participado en concursos y obtenido premios, de los cuales uno de ellos le proporcionó una beca para estudiar en la Fundación Cristina Hereen de Sevilla, donde aprendió de maestros como Paco Taranto, Naranjito de Triana o José de la Tomasa. Su carrera profesional la ha desplegado como cantaora para el baile, formando parte de grandes compañías como las de Rocío Molina, Rafaela Carrasco, Manuel Liñán, Belén Maya, Concha Jareño, Domingo Ortega, Antonio Márquez o Mario Maya entre otros. Desarrolla su trayectoria como cantaora solista con un itinerario ya consolidado en Peñas, Festivales y Giras por todo el territorio nacional e internacional. Cantó en la obra dramático-musical Que NO he muerto, de José Sámano. La obra se estrenó en 2013, en el teatro Marquina de Madrid, bajo la dirección musical de Carmen Linares, Gema interpretó las canciones del poeta Federico García Lorca. Es directora musical y cantaora de los espectáculos de la bailarina Sara Calero: Zona Cero (2011), con el que pasó por la Bienal de Flamenco de Sevilla. El Mirar de la Maja (2013), producción que ha estado en el Festival Internacional Madrid en Danza, Festival de San Petersburgo, Festival Flamenco de Toulouse y en el Festival de Jerez 2014, dentro de este último Festival también estrenó el nuevo espectáculo de la bailaora Belén Maya, Los Invitados.

Rosario Guerrero, La Tremendita, Triana, 1984. Flamenca por tradición, autora por vocación, artista por amor. Lo jondo es congénito. La inquietud, adquirida. Bisnieta de Enriqueta La Pescaera, sobrina nieta de La Gandinga de Triana e hija de José El Tremendo, Rosario cazó el cante al vuelo y lo fue soltando ya de niña en fiestas y peñas. Ya entonces, su meta era ser cantaora y, sobre todo, cantaora “de alante”. Por eso, lo conocido no era suficiente. Creyó necesario explorar en profundidad esa materia expresiva y ampliarla. Así, investiga en el cante al tiempo que realiza estudios de solfeo y piano. Conforme crece en conocimientos va grabando su nombre en los concursos más importantes (Nacional de Córdoba, Antonio Mairena, La Unión), y pone su sentido cantaor al servicio de los más granado del baile (Belén Maya, Rocío Molina, Rafaela Carrasco, Andrés Marín). El cante para baile era una asignatura más en su carrera y la aprobó con nota. En 2008, tras seis años de colaboraciones con las compañías de baile, Rosario decide definitivamente capitalizarse como artista: invertir en sí misma como solista. De esta forma aflora definitivamente su faceta más creativa: la de compositora. Ha dirigido espectáculos y ha sumado su talento a la creatividad de artistas como Rocío Molina, Mohamed Motamedi o Javier Ruibal. Su primer álbum (“A tiempo”, 2010) fue su primer gran reto. Su segundo trabajo “Fatum”, fue grabado en 2012, y nominado en la 15º edición de los Latin Grammy Awards como mejor álbum de música flamenca junto con Paco Lucía y Enrique Morente. “Qasida” es su tercer disco. Un concierto en directo junto al cantante iraní Mohamed Motamedi donde Rosario también se encarga de la dirección musical creando un espacio sonoro y un dialogo entre dos culturas. Un acercamiento entre el flamenco y la música y poesía persa. Proyecto de colaboración internacional iniciado por la Bienal de Flamenco de los Países Bajos. En la actualidad, ha publicado su cuarto álbum, “Delirium Tremens” (Universal 2018). En este proyecto da un paso más en su inquietud investigadora exponiendo el cante flamenco tradicional a nuevos entornos, tanto sonoros y armónicos, como de representación. En esta acción artística, La Tremendita propone un formato audiovisual donde los asistentes participan en la grabación, pero no como espectadores, sino de forma activa integrada en la acción. No se trata del recital, sino de una auténtica sesión de grabación. Músicos y asistentes integrados en todo el proceso artístico. “Delirium Tremens” es un proyecto vivo, único y sin precedentes en la historia del flamenco. Como artistas invitados están, además, Estrella Morente y Josemi Carmona. “Delirium Tremens” está nominado como mejor álbum de música flamenca en los Latin Grammy 2017.

Rocío Segura nació en el barrio de Pescadería de Almería. Su afición al cante, fundamentalmente a los fandangos y las saetas, le llega con muy corta edad. Pero también con muy corta edad se inicia en el estudio de otros cantes, así como de los cantaores antiguos. Aunque su madre, Antonia López siempre ha cantado, Rocío arrastra a su familia hacia lo más arduo y dificultoso del flamenco. Aún recuerdan los almerienses a esa niña con cazadora vaquera que apenas si se veía, plantándose delante de la Virgen de la Soledad, cantando su saeta, entregando su pequeña persona con esa voz que se sostenía sobre la punta de unos pies temblorosos y, humildemente rayaba el cielo. En 1991 y 1992 obtiene el Primer Premio del Concurso de Saetas, organizado por la Peña El Morato de Almería. Esto la hace merecedora de la Insignia Morato de Oro. Aunque anteriormente hace pequeñas incursiones en peñas, con un par de cantes a lo sumo, su debut en público de la mano de Juan Carmona 'Habichuela' tiene lugar en 1995, cuando apenas contaba con dieciséis años, en el Homenaje a José y Ramón Gómez celebrado en el Auditorio Municipal Maestro Padilla de Almería. Es reclamada a partir de ese momento en distintas peñas de la provincia. El primer concurso al que se presenta es el organizado por la Peña El Ciego de la Playa de Huércal de Almería en 1996, obteniendo el Primer Premio en la Modalidad de Menores de Dieciocho Años. La trayectoria de Rocío se puede describir con sólo dos palabras: afición y convencimiento. Esta cantaora, desde muy joven ha tenido claro cuál era el camino que quería seguir, y paso a paso, sin desviarse, sin considerar los atajos, y sobre todo sin prisa, ha caminado sola por el pedregoso camino que se marcó desde el principio. El resultado está a la vista: profesionalidad y rigor la caracterizan. Entre sus muchos valores vale la pena destacar el dominio del compás, su voz y su buen gusto en la selección de los cantes. En el caso de Rocío es difícil plantear una referencia clara, ya que en sus interpretaciones se vislumbra una amalgama de matices atribuibles a muchos cantaores, todos ellos fundamentales en la historia general de la constitución del flamenco. Se puede observar, por ejemplo, sus preferencias por cantes que hayan sido ejecutados por mujeres, sin embargo, en su voz apreciamos, además de la impronta de la propia Rocío, acrisolados matices que evocan otras voces, clásicas y queridas por todos, que se mezclan sin distinción de sexo. Evidentemente, haber ganado La Lámpara Minera es un aval para cualquier cantaor. El caso de Rocío no es una excepción, ya que demuestra conocimiento, ímpetu y un comportamiento muy profesional y maduro en los escenarios, que le sirve para cosechar éxito en todos los lugares que visita. Es una artista que bebe de la fuente de los cantaores antiguos poniéndole después su impronta y personalidad propia al interpretar los cantes.