Hurgarse la nariz es desaconsejable, ya que el dedo puede introducir todo tipo de materiales infecciosos en el organismo, así como transmitir enfermedades a otras personas. Hurgarse la nariz y luego dar la mano a alguien, por ejemplo, es una forma de contagiar enfermedades.
En cuanto a comerse los mocos –lo que los científicos y doctores llaman mucofagia-, las opiniones difieren. En 2013, Scott Napper, profesor asociado de bioquímica en la Universidad de Saskatchewan (Canadá), propuso una teoría según la cual comer mocos es una forma de reforzar el sistema inmunitario. Sugirió que al ingerir estas partículas, los niños aumentaban su inmunidad a cualquier enfermedad.