El telescopio espacial James Webb, capaz de bucear hasta el universo primitivo, está mostrando cosas increíbles, la última, la fusión de dos galaxias y sus enormes agujeros negros cuando el universo sólo tenía 740 millones de años.
Esta detección, la más lejana y primitiva jamás obtenida de una fusión de dos agujeros negros, ayudará a los astrónomos a comprender cómo fue el origen y evolución de estos objetos en el universo primitivo.
El hallazgo, realizado por un equipo internacional de astrónomos, ha sido posible gracias a las cámaras del James Webb, construido por la NASA, la agencia espacial europea (ESA) y por la agencia candiense (CSA). Los detalles se han publicado el pasado jueves.