La amistad rota entre Paul McCartney y Michael Jackson
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A finales de los 60 el joven Michael Jackson dio el difícil paso de salir de la formación de los Jackson 5, para comenzar su carrera ambiciosa en solitario que le encumbraría como rey del pop y contó con increíbles colaboraciones.
El ex-Beatle Paul McCartney le escribió el tema Girlfriend para el álbum Off the wall, 1979. Y para su álbum más famoso Thriller, 1982; grabarían juntos The girl is mine... La sinergia personal entre ambos era tanta que Paul le invitaría a componer juntos Say say say y The man para su álbum Pipes of peace.
Entre amigos y a título de consejo Michael le pidió su recomendación a Paul sobre cómo invertir su dinero. Y éste, que había comprado los derechos editoriales de Buddy Holly, le sugirió ese tipo de negocio.
Volvamos atrás en el tiempo y nos referiremos a La Northern Records, compañía fundada por los Beatles y que poseía todos los derechos de autor de sus canciones, que había sido asimilada en 1969 por ATV Music. Hubo varias batallas legales, al final los británicos se quedaron sin los derechos de sus propios temas.
De ahí que el ex-Beatle hubiera comenzado a adquirir derechos de otros músicos y así hacer dinero con los royalties. Un truco inversor que mucha inocencia compartió con Michael.
"Me pidió consejo y yo se lo di como si se tratara de un hijo, pero al cabo de un par de semanas empezó a venir con el cuento de ‘un día poseeré todas tus canciones’. Pensé que bromeaba, me tronchaba... pero ha acabado siendo real", diría McCartney en una entrevista.
Al cabo de un par de años Michael compró todo el catálogo de ATV por 47,5 millones de dólares, "un precio muy superior al justo, no puedo igualarlo", diría Paul. El bajista se disgustó con su amigo, le escribió varias cartas que Jackson no contestó. Solo dijo "son negocios".
En 1995, los problemas financieros llevaron a Michael Jackson a vender la mitad de las acciones de ATV a Sony, empresa que, años después de su muerte, acabó comprando el catálogo entero de los Beetle junto con el resto de la empresa. No sería hasta el 2018 que McCartney intentaría reclamar la propiedad de sus temas por la vía legal. Al final llegaron a un acuerdo privado.
