La repulsión y la atracción son dos características intrínsecas del magnetismo.
En primer lugar, el magnetismo es una fuerza de atracción, y se da entre otros cuerpos, en los imanes. Pero igual que se atraen también pueden repelerse. De hecho, se atraen si la energía eléctrica de los extremos más cercanos es opuesta, y se repelen si es al contrario. Para que se puedan atraer es necesario que la carga de un polo sea positiva y la del otro, negativa.