La saeta pierde a Kiki de Castilblanco

El saetero más demandado de Andalucía fallece a los 69 años durante una intervención de corazón y meses después de la pérdida inesperada de su hijo Carlos

M. Casal 27 julio 2020

Francisco Moya, conocido artísticamente como Kiki de Castilblanco, falleció este fin de semana a los 69 años en la mesa de operaciones de un hospital de Sevilla al no superar una intervención en su corazón enfermo.

Nacido en la localidad sevillana de Castiblanco de los Arroyos en 1950, este cantaor vocacional, gran aficionado y seguidor de la escuela de Calixto Sánchez, pasará a la historia del cante como uno de los grandes saeteros del flamenco contemporáneo.

Kiki de Castilblanco, que adoptó el apodo de su padre, se ganó el respeto de la afición con una intensa actividad, que compaginaba con su trabajo en El Corte Inglés, cuando comenzó a participar en concursos en la década de los 80 y a recorrer los escenarios de peñas y tablaos de la provincia.

Deja un palmarés imponente. Una veintena de primeros premios en concursos en Tocina, Camas, El Viso del Alcor, Torremolinos, San Fernando y Loja, entre otros, y una extensa lista de galardones y reconocimientos especiales en certámenes de rincones flamencos como El Puerto de Santa María y Mairena del Alcor, o la Peña Flamenca de Huelva y la Peña La Platería de Granada.

Francisco Moya, Hijo Predilecto de Castilblanco de los Arroyos, grabó dos discos a lo largo de su carrera, “Pilar Viejo” y “Gergal”, donde demostró su dominio de un amplio grupo de palos flamencos que le llevó a compartir cartel con grandes figuras como Camarón, Lebrijano, Manuel Mairena o la Niña de la Puebla.

Su figura quedará inevitablemente asociada a la Semana Santa porque en paralelo a su dedicación al cante, con los años se convirtió en uno de los saeteros más demandados de Andalucía por su gran conocimiento de estilos, su potencia interpretativa y su personalidad.

(INTERVENCIÓN EN CANAL SUR EN 2001)

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