La meta se convirtió en escenario de una manifestación que hacía imposible el paso de los corredores con lo que la carrera acabó tres kilómetros antes.
La Vuelta ha señalado al equipo Israel Premier Tech el camino de salida por "la seguridad de todos".
Los incidentes se han saldado con tres detenidos, cinco personas identificadas y cuatro agentes de la Ertzaintza lesionados.
La undécima etapa de la Vuelta que se debía disputar con normalidad con salida y meta en Bilbao, terminó de manera brusca y de forma atípica, ya que "por motivos de seguridad" la organización decidió marcar los tiempos a 3 km de la Gran Vía, repleta de manifestantes propalestinos, y no designar ganador de etapa.
Los incidentes en la etapa de la Vuelta a España en Bilbao por las protestas contra la participación del equipo Israel-Premier Tech se saldaron este miércoles con tres detenidos, cinco personas identificadas y cuatro agentes de la Ertzaintza lesionados.
"Por motivos de seguridad, los tiempos de la clasificación general se tomarán a 3 kilómetros de la línea de meta. No habrá ganador de etapa. Habrá puntos de la montaña y los conseguidos en el esprint intermedio, pero no de la clasificación por puntos", señaló en plena carrera un comunicado de la organización.
Lo que mal comenzó, peor concluyó. El ambiente en contra de la participación del Israel en la Vuelta por la intervención militar de ese país en Gaza está siendo protagonista en la Vuelta. En la crono por equipos de Figueres fue interrumpida la marcha del equipo en pleno esfuerzo. El pasado martes en Lumbier un grupo de activistas estuvo a punto de provocar alguna caída.
El debate estaba cobrando fuerza a medida que pasaban las etapas. En la salida de Bilbao los comisarios reunieron a los equipos para tratar temas de seguridad, pero la etapa salió. En la neutralizada hubo otro parón ante la presencia de un grupo que se dirigió verbalmente a los corredores.
Ambiente de cierto "miedo", según algunos corredores, de incertidumbre y de descontrol según avanzaba la etapa. El ambiente en los pasos por El Vivero y Pike era como siempre festivo y ejemplar, como suele ser habitual en el País Vasco. Pero las noticias que llegaban desde la línea de meta eran diferentes.
La meta se convirtió en escenario de una manifestación que hacía imposible el paso de los corredores. La decisión, pensando en la seguridad de los corredores, no se hizo esperar. Se mutiló una etapa que marchaba emocionante con el duelo entre el danés Jonas Vingegaard y el británico Tom Pidcock.
Se vivió con pasión el inicio de la "clásica de Bilbao" junto al Campo de San Mamés. La afición, que vivió el comienzo del Tour en 2023, volvió a responder para despedir al pelotón de la Vuelta en una jornada que, tras escalar 7 cotas, volvía al centro del "botxo" para la llegada. En el podio de equipos, Vingegaard, maillot rojo, recibió de regalo una camiseta del Athletic con un par de tallas más.
Merodeando el ambiente, banderas palestinas y algún temor a incidentes relacionados con el equipo Israel Premier Tech. Los equipos se reunieron con los comisarios y la organización para disipar dudas respecto a la seguridad de los corredores.
Luego, tras otro breve parón en la neutralizada por las ya habituales protestas propalestinas, el grupo se lanzó dispuesto a subir y bajar cotas hasta su regreso a Bilbao. Tras múltiples intentos se destacaron Marc Soler, Mads Pedersen y Orluis Aular. Un rodador de lujo y dos esprinteres.
LA VUELTA DEJA EN MANOS DEL EQUIPO ISRAELÍ LA POSIBILIDAD DE IRSE
Kiko García, director técnico de la Vuelta, considera que "la solución" al conflicto que ha estallado en la carrera, las numerosas protestas por la participación del Israel-Premier Tech que acortaron la etapa de este miércoles en Bilbao, pasa por que ese conjunto advierta que "estando aquí no facilita la seguridad de todos los demás".
"Intentemos entre todos forzar... que la gente entienda que la situación no es fácil y que entre todos podamos buscar una solución. Que para mí sólo hay una, que sería que el propio equipo Israel se diera cuenta de que estando aquí no facilita la seguridad de todos los demás", dijo García tras la accidentada etapa de este miércoles, cuyo final se acortó en 3 kilómetros y quedó sin vencedor oficial.
García desveló que ha "sondeado a los equipos", que "han agradecido y han entendido" que la solución tomada en la etapa "era la mejor" ante el riesgo que había en la recta de llegada, donde varios activistas propalestinos cortaron un tramo de la Gran Vía, lo que hacía peligrar al pelotón.
El director técnico de la carrera apuntó que la organización trató de "encontrar un equilibrio entre la seguridad y el no perjudicar a los miles y miles de aficionados que estaban disfrutando de la etapa".
"Hemos visto lo que ha pasado en el primer paso por meta, que la situación era incontrolable y decidimos tomar el arco de seguridad de los tres kilómetros, sin eliminar ninguna parte de la etapa y simplemente cancelar la línea de meta porque no hubiera cambiado ya nada de la etapa", dijo.
Kiko García desveló que habló con los corredores y les transmitió el sentir de la organización.
"Creo que es el momento de tomar una decisión. No solamente nosotros, que como organizadores no podemos tomar ninguna decisión porque el reglamento nos obliga a que el equipo esté corriendo. Cualquier decisión en ese sentido nos puede llevar a perder la carrera, el calendario", reflexionó.
"Nosotros (la Vuelta) no podemos tomar esa decisión, la tienen que tomar ellos (el equipo) o alguien de más arriba", insistió.
Kiko García reparó también en que "desde el principio de la Vuelta Israel ha tenido un trato especial en cuanto a protección, en carrera, en los hoteles, alrededor del bus y alrededor de los corredores".
No obstante, agregó, la preocupación ahora no es sólo "la protección de Israel, sino la protección de todos". "Ahora lo que está en riesgo en la vida de los deportistas que están haciendo su trabajo", subrayó.
García, no obstante, quiso dejar claro que entiende "perfectamente las protestas" porque "son totalmente comprensibles". "Y a título personal, como ser humano, creo que deben estar sin traspasar la línea de la violencia ya entramos en algo que puede ser mucho peor", añadió.
"Ahora mismo hay que poner todo en la balanza y hay que valorar si podemos poner en riesgo una vuelta como la Vuelta a España, una carrera de tres semanas, una de las tres grandes, o preferimos seguir protegiendo a un equipo que está poniendo en riesgo todo lo demás", finalizó.