Era el título que le faltaba de los que Maradona pero le ha superado en palmarés y, sobre todo, en estabilidad.
17 años de éxitos, son muchos años.
Messi estrella indiscutible de un mundial que terminó con aires de tango y con la bandera argentina ondeando por muchos lugares del planeta. Mientras en Catar Messi levantaba el trofeo, respiraba fiesta. Fiesta grande y continua, como cuando Pasarela alzó el título en el 78 (el de Kempes) o cuando Maradona levantó el de 86 en México. Miles de aficionados tomaron la plaza del Obelisco para celebrar la tercera estrella de esta selección que entrena Lionel Scaloni y en la que brilló, con luz propia, el considerado por muchos mejor jugador de la historia.
Los hay que siempre tendrán más Mundiales o incluso, que hayan tenido más brillo en momentos puntuales que él pero, ténganlo claro, jamás ha existido nadie que haya mantenido la excelencia tantos años como Lionel Andrés Messi Cuccitini, natural de Rosario, aunque desde hace tiempo sea más Patrimonio de la Humanidad en materia futbolística.
17 años de éxitos están al alcance de pocos. Es el tiempo que va desde que ganó el Mundial sub 20 hasta ayer, que logró la Copa más valiosa del planeta Tierra. Da igual que lo hiciera vestido de emir o de futbolista. En ese periodo, Messi ha logrado, además, un título olímpico, una Copa América, 7 Balones de oro, 5 botas del mismo metal, 6 premios The Best, 4 Champions, 3 Mundiales de Clubes y una lista de galardones individuales tan larga como la Guía telefónica de Buenos Aires, esa ciudad que llegó a renegar de él tras perder el Mundial de 2014 y que ayer se rindió a sus pies para siempre.
17 años después de su primer gol profesional, Messi culmina su carrera y lo hace con el único título que le separaba de su gran ídolo, ese al que llegó a calcar hasta su gol más célebre, alguien con el que siempre le hemos comparado hasta este domingo porque Leo nunca será peor que Diego. Desde este domingo, pónganse en pie para aplaudir al mejor de todos los tiempos.