centenario de lola flores
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"El brillo de los ojos no se opera": legado y modernidad de una artista irrepetible

Lo mismo rapeaba que aparecía en "top-less" o hablaba de sexo y drogas sin tapujos y siempre con el "pellizco" que la hizo ser La Faraona.

"¿Tú sabes por qué yo estoy guapa?" lanzó Lola Flores a Jesús Quintero en una entrevista. "Porque el brillo de los ojos no se opera", decía

CANAL SUR MEDIA 21 enero 2023

Lola Flores fue una burbuja de libertad y color desde que en el franquismo iniciara su carrera, una mujer indomable que lo mismo rapeaba que aparecía en "top-less" o hablaba de sexo y drogas sin tapujos y siempre con el "pellizco" que la hizo ser "La Faraona". "Mientras yo tenga los ojos abiertos seré como una pantera negra", decía Lola Flores, de cuyo nacimiento se cumplen este sábado cien años.

Nacida en 1923 en una casa de la calle Sol del barrio de San Miguel de Jerez de la Frontera, Lola Flores tuvo su primera escuela de vida y arte en el bar que regentaba su padre, donde vio cantar y bailar a los gitanos flamencos de la ciudad, en unos años en que el flamenco se vinculaba a una vida marginal. Tras una pequeña temporada en la que la familia se fue a Sevilla, los Flores regresaron a Jerez. Ella, además de actuar por tabernas, bautizos y fiestas, comenzó a estudiar en academias de cante y baile. Ya apuntó maneras con su primer nombre artístico "Lolita Flores, Imperio de Jerez".

Con 16 años actuó por primera vez en el Teatro Villamarta de la ciudad, en un espectáculo en el que conoció a Manolo Caracol, el "Armstrong del flamenco". El célebre cantaor fue después al bar del padre de Lola para convencerle de que dejara a su hija acompañarle en su gira por las plazas de los pueblos de la provincia.

A primeros de los cuarenta, después de algunos espectáculos por Andalucía, la familia lo dejó todo y se marchó a Madrid en busca del éxito de Lola en los grandes teatros. Lola escalará en su carrera, tanto en cine como en teatros. Y en 1943 consigue el dinero para montar su propia compañía y el espectáculo "Zambra", para el que contrató a Manolo Caracol. Con él recorrieron los mejores teatros del país. Apostó por una copla "desbocada y sexualizada", por salir al escenario "con el pelo suelto, fumando y moviéndose con una sensualidad que las otras artistas no tenían”.

El éxito y la popularidad de Lola Flores hicieron que el régimen franquista tolerara "esa burbuja de libertad moral, religiosa, en las costumbres, que no tienen nada que ver con el resto del país" y aceptara a "una femme fatale made in Spain muy políticamente incorrecta". "Me quité un par de embarazos y lo hice a conciencia, porque no quería parir hijos sin casarme por la Iglesia y ofrecer un hogar a mi familia. En mi primer aborto, mi cuerpo se llenó de un dolor extraño y la boca de un sabor amargo, que no olvidaré mientras viva", contaba en una entrevista sobre esa época.

En 1952, una vez que la pareja se separó, Lola Flores partió a México, La Habana, Río de Janeiro, Ecuador, Buenos Aires y hasta Nueva York para actuar en teatros, salas y televisiones y rodar más películas. Se trajo de aquel viaje, concretamente de México, el nombre de "La Faraona", a raíz del rodaje de la película con este título junto a Agustín Lara. Tras actuar en Francia junto a Edith Piaf, Lola Flores se embarcó en una nueva relación con otro de los flamencos más famosos de la época, Antonio González, "El Pescaílla". Con él se casó en 1957, embarazada de la que sería su hija, Lolita.

Con él tuvo otros dos hijos: Antonio Flores y Rosario. Y prosiguió una carrera con la que siguió haciendo grande su nombre en teatros, televisiones y en el cine y levantando pasiones por donde pisaba. "¿Tú sabes por qué yo estoy guapa?" lanzó Lola Flores a Jesús Quintero en una entrevista. "Porque el brillo de los ojos no se opera", decía.

Con ese "pellizco" o "duende" con el que sólo los flamencos nacen, Lola Flores hablaba a cara descubierta de cualquier tema, incluso de las drogas o la prostitución. "He probado la coca y los porros", confesaba en televisión. "Te das una rayita un día y no pasa nada; te fumas un porro, no pasa nada; te puedes emborrachar un día de vino tinto y no pasa nada... Todo se puede hacer en la vida... con método. Y después, tres días tranquila bebiendo agua mineral y buen puchero".

No le importaba el dinero. Ayudó a mucha gente. Pero también tuvo que pedirlo cuando en 1987 Hacienda le reclamó 50 millones de pesetas. En ese brete económico tiró de creatividad y pronunció la mítica frase: "Si una peseta diera cada español...". Y con ello Lola Flores inventó también el "crowdfunding". Y es que ella, sin pensarselo, fue una pionera hasta del rap, con su trabalenguas "cómo me las maravillaría yo". El 16 de mayo 1995, a los 72 años, Lola Flores moría a consecuencia de un cáncer de mama en su casa de Madrid, "El Lerele".

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