La primera suelta de pichones abre la temporada de la competición colombófila
En la localidad sevillana de Las Pajanosas se han dodo cita un millar de palomas procedentes de toda la provincia de Sevilla para una primera suelta de 30 kilómetros.
Pegadas a la historia de los hombres, las palomas mensajeras han estado presentes en todas las civilizaciones, desde los egipcios.
La colombofilia suma cada vez más aficionados. Se trata de un deporte donde la cría y el entrenamiento diario son fundamentales. En estos días se disputan las primeras carreras de pichones.
La cita es temprano, siempre en un lugar abierto, despejado de cables de alta tensión. Esta vez en la localidad sevillana de Las Pajanosas, se dan cita un millar de palomas procedentes de toda la provincia de Sevilla.
Manuel Ávila, presidente de la Federación Andaluza de Colombofilia comenta que "hemos empezado la campaña de pichones del año que suele constar de unas 5 sueltas. La de este sábado desde Las Pajanosas es de 30 kilómetros y la siguiente en Cáceres son 300".
50 de esas palomas tienen su casa en una Finca en Carmona dónde Diego Domínguez, colombófilo, destaca que "ellas tienen su rutina. Salen todos los días a volar por aquí alrededor del palomar o se alejan un poco más, dependiendo del estado físico de la paloma y saben que al terminar tú les va a poner la comida, con lo cual no se quedan fuera. Van aprendiendo con cada suelta. Les vamos enseñando el camino poco a poco".
Con las carreras no hay premio económico. Sí se pagan el prestigio y la destreza. En 2020, en una subasta se pagó algo más de un millón y medio de euros por la paloma belga New Kim, la más cara del mundo, con un largo historial de victorias.
