Quedan alrededor de 500 ejemplares de la churra lebrijana o marismeña.
Biólogos y pastores de Doñana quieren evitar su desaparición.
En el mundo de la ganadería también existen especies en vías de extinción. Es el caso de la oveja marismeña. Quedan menos ejemplares de esta oveja que de linces. Pastores y biólogos de la Estación Biológica de Doñana quieren evitar su desaparición.
Solo quedan alrededor de 500 ejemplares de la oveja marismeña o churra lebrijana, una especie autóctona de la zona de las marismas de Doñana.
Como explica el biólogo Juan José Negro, su menor rendimiento de carne y lana la ha hecho inviable económicamente frente a la oveja merina. Aunque eso no significa menor calidad.
La oveja marismeña es una campeona de la supervivencia y de la adaptación al medio. Inmune a la mosca gusanera que diezma a la oveja merina, no padece hongos en las pezuñas a pesar de pisar terrenos inundados, y soporta bien el calor del verano.
Un proyecto presentado a la Diputación de Sevilla conseguiría en tres años conservar esta especie. Así podríamos continuar evitando mezclar churras con merinas.