La mitad del ganado que pasta en el interior del Parque Nacional de Doñana ya es de pura raza marismeña.
A pesar de la mejora, equinos y vacas marismeñas siguen declaradas en peligro de extinción.
La raza autóctona marismeña, declarada en peligro de extinción, se va recuperando poco a poco. Han sido los ganaderos de Almonte (Huelva) quienes, desde hace décadas, trabajan para que cada año sean más las cabezas de pura raza.
Ya han conseguido que lo sean la mitad de los animales que cada año pastan en el corazón de Doñana. Es, precisamente, su vida en el interior del Parque Nacional lo que aporta singularidad a esta raza, que engloba ejemplares de ganadería equina y bovina.
La escasez de lluvia de los últimos meses no ha afectado a los pastos de Doñana, donde se crían razas autóctonas en peligro de extinción.
Los ganaderos prevén que dentro de cinco años todas las cabezas de ganado que entren en Doñana serán de pura raza marismeña. La cría en el interior de Doñana es compleja, a causa de las restricciones de uso y ambientales.
Ahora pastan en Doñana unas dos mil cabezas, aproximadamente la mitad equinos y la mitad bovino. Tienen características muy marcadas, adaptadas a la marisma, como explica Antonio Barragán, ganadero de Almonte.
El programa de recuperación se hace a través de la Asociación de Criadores de Ganado Marismeño de Almonte. Como colofón al trabajo de todo el año, por estas fechas se celebra la tradicional saca de yeguas. Este año será el lunes 26 de junio.