Vuelven las medusas a las costas de Granada. Han sido vistas en la orilla de la playa de Calahonda y, claro, están condicionando el ocio de los bañistas. Llegan vivas a primera hora pero cuando el agua se enfría mueren y se pegan peligrosamente a la orilla, conservando su poder urticante. Algunos de los usuarios de la playa aplazan el baño un rato o asumen los riesgos sin más. Con los que hay que tener el máximo cuidado es con los niños, puesto que no comprenden bien el peligro que supone tocar a estos animales aunque estén muertos en ocasiones.