Todos han nacido por gestación subrogada y sus padres no pueden recogerlos.
Dos enfermeras les cuidan en el sótano de Kiev.
Ucrania es uno de los epicentros de maternidad subrogada del mundo.
Oksana y Antonina son enfermeras ucranianas. Cuidan bebés. Día y noche. El inicio de los combates las dejó atrapadas, sin poder volver a sus casas. A su cargo han quedado 21 bebés, todos nacidos por gestación subrogada, cuyos padres biológicos no han podido ir a recogerlos a causa de la guerra. Para protegerse de los ataques rusos, han improvisado una sala de pediatría en un sótano de Kiev.
Ucrania es uno de los epicentros de maternidad subrogada del mundo. El incremento de esta práctica preocupa a los grupos de derechos humanos, por el coste físico y psicológico del proceso y por el riesgo de explotación de mujeres en los países más pobres.
Con miedo a las bombas y preocupadas por la suerte de sus propias familias, trabajan sin descanso para que, de momento, a estos pequeños no les falte de nada.