En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos a las cuentas en política. Ya la Virgen del Rocío está de nuevo en su casa, después de estar muchas horas sobre brazos, en volandas, entre Salves, entre vivas, entre canciones y palmas? Ahora, camino de vuelta; la romería se acaba. Esperando a los romeros veremos distintas caras; la votación del domingo dejó sensación amarga en muchos, y la alegría en otros. Siempre así pasa. Ahora, si la mayoría permite la silla ancha, a gobernar con holgura sin que socios hagan falta; pero allí donde las cuentas de los votos no nos bastan para formar un gobierno, habrá que pedir prestada la voluntad del vecino? Y si es de tu confianza, sin problemas, mas si tiene de fastidiar muchas ganas; si es de los que ahora se saben con una carta en la manga o de los que esperan quietos para sacar su tajada, esas cuentas serán duras para el que habrá de ajustarlas. Pasarán por aro ardiendo y se tragaran espadas y todo lo que les echen, los que unos votos les faltan. Unos, con tal de dejar su alta dignidad intacta, se irán sin dar ni pedir, pero la cabeza gacha sé que llevarán algunos a pedir. El hambre es mala, y el poder es el poder, y una vara es una vara, y un buen sueldo es un buen sueldo, y andar a dos velas cansa. Esto es una lotería, y unos pierden y otros ganan. Allí champán y cohetes; aquí, silencios y lágrimas. Cuatro años como mínimo están seguras las papas, o cuatro años buscando a ver cómo asegurarlas. Los votos siempre nos dejan monedita de dos caras, y cuando te sale cruz, aunque duela, hay que cargarla. Saben que a gusto de todos no trae la lluvia el agua.