Perversos del trabajo con calor

En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos al trabajo con calor. Aunque mucho se agradece, tarde llega la medida. Celebramos que por fin hayan juntados las firmas para evitar el calvario de trabajos y fatigas bajo el calor sin piedad de las horas más cainitas. Celebramos que vigilen los tajos donde la vida sufre las penalidades más espantosas. Debían haberlo pensado antes, mucho antes. ¿Quién olvida los campos de segadores en los llanos de Castilla, o en los campos infernales del suelo de Andalucía? Y en los andamios subidos, vértigo de trapecista, sin respaldo, sin amarres, toda la albañilería, ¿cuántas muertes han costado los trabajos de esos días? Llega tarde ese remedio, pero nos trae alegría. Personas que por la calle, con horas del sol encima, tienen que estar trabajando? ¿qué menos que ahora reciban el gesto, la comprensión de una faena distinta sin ese riesgo mortal del calor que los asfixia? En unos tiempos que hay lujos de tecnología, ¿cómo hemos consentido el crimen en la obrería peleando con los soles y perdiendo la partida? Los trabajos callejeros, los tajos que necesitan la dura mano del hombre bajo el sol de algunos días, que se paren, que detengan tal esclavitud. Alegría da saber que ya esos tajos no serán los de otros días. En la memoria de todos, ¿alguien sabe cuántas víctimas se cobraron los trabajos que aquí nadie protegía? El campo y la construcción están de fecha festiva, como los que en plena calle sin amparo y sin salida tienen que ganare el pan en infiernos de canícula. Enhorabuena a la idea, gracias a quien la propicia. Y aunque haya llegado tarde, Bienvenida, bienvenida.