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Perversos de los grafiteros

En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos a los niños del spray que hacen vandalismo, que nada tienen que ver con los artistas del grafiti. Para un artista que haya -que hay muchos, y no lo niego-, en el mundo del grafiti hay sobrante de gamberros que se las dan de pintores de la vanguardia, de genios, y son unos pintamonas que ni para pintar techos servirían de ayudantes. Son gente de mucho tiempo para ponernos perdidos todo lo que quieran ellos: tapias, zócalos, fachadas, puentes, rincones del centro, y si ya hablamos de trenes, entonces ni se lo cuento. Ven un tren de mercancías -incluso de viajeros- y allá que van los artistas a dejar allí su sello. ¿Qué son, los tontos del bote o los listos del currelo? Porque de trabajo andan más bien escaso, eso creo, y de futuro, parece, de los que se pintan negros. Mas tienen para comprar los spray? ¿con qué dinero, con el que alguien les da o con el que no sabemos? Lo ponen todo perdido, tienen firma de violentos y disfrutan si deslucen lo más caro y lo más bueno. Odian la limpieza y odian todo lo que sea ajeno. Si está blanco, pinto azul; si está azul, con blanco intenso. Y si acabas de pintar la fachada, te la dejo con la firma sinvergüenza de mis dibujos obscenos o con cien nombres de amigos o clamando por extremos. Los artistas se conocen por su elevado talento, por la búsqueda incansable de la belleza. Y no esto. Manchan, se van, y ahora tú limpia y a pintar de nuevo. Los chicos de los spray nos están costando un huevo? de gallina, de avestruz y de caballos enteros. Yo les cambiaba el spray a más de un grafitero y les daba pico y pala y un trabajo de cantero, a ver si partiendo piedras demostraban ser tan diestros.