Las redes sociales se han vuelto un mero reflejo de la sociedad. Prácticamente puedes decir o mostrar lo que quieras gracias a la libertad de expresión. Pero cuidado, ¿esto implica que se puedan ignorar los discursos de odio y discriminación? El anonimato y la facilidad de cometer actos racistas y antigitanos que se propagan a la velocidad a la luz por las redes son una señal de alerta para seguir buscando la fórmula que frene una de las pandemias más peligrosas: el odio. Hace poco más de un mes, el 6 de enero de 2023, un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU instaron a todos los directores y a los líderes de redes sociales, como Twitter, Instagram y Facebook, a asumir plenamente su responsabilidad de respetar las garantías fundamentales y hacer frente al odio racial.